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jueves, 18 de agosto de 2011

Mourinho y otros once del patíbulo



Después del choque en el Olimpo que anoche sostuvieron el FC Barcelona y el Real Madrid, no me resisto a subir aquí el mensaje que le he dejado en su blog al Antoñito, uno de mis "primos" madrileños. Como verán, uno también sabe meter el dedo en el ojo ajeno con cierta soltura, al estilo de lo que hizo ayer Mourinho con uno de los globos oculares de Tito Vilanova, el segundo entrenador del Barça.

Antoñito, compadre, te veo escocidito y ladrando tu rencor por las esquinas cibernéticas, pedazo merengón (madridista).

Total, por "ná". Fútbol es fútbol, ¿no? (preciosa tautología donde las haya). Pues eso, ayer el fútbol le volvió a dar un baño al "fúmbol" (el voluntarismo Cristiano; mal día ayer "pa" tos los cristeros, oye), y desde luego al "fúrbo" (encarnado en el campeonato de coces a los contrarios que se disputan mano a mano Marcelo y Pepe).

En fin entiendo que haya gente de mal perder, como Marcelo: es un problema de inmadurez personal, simplemente. Pero lo de Pepe es otra cosa. Ese animal psicótico no parará hasta matar a alguien, sea en un campo de fútbol o en una autopista. A mí ese tío me da más miedo que un portero de discoteca ciego de crack.

En cuanto a Mourinho... ¡eso es un hombre de los de antes de Neanderthal! Ya solo le falta que la emprenda a ostias con los gacetilleros deportivos durante las ruedas de prensa, y habrá tocado la cumbre. Un macho hirsuto puro, como hay Dios. Yo lo casaría con Belén Esteban, iban a hacer un "share" del 99% de audiencia.

Y es que el "Mou" es el único que sabe de qué coño va realmente esta mierda del fútbol-fúmbol-fúrbo (nada que ver con las homilías y los gestos azucarados del fariseo meaperfumes de Guardiola): sangre y dinero, sin más.

¡Viva el circo sin pan!

Abrazotes.
Joaquim

miércoles, 22 de diciembre de 2010

Por la refundación del espacio político de la izquierda catalana (2)

El espacio político que ocupan las izquierdas catalanas está en crisis. Tal realidad no constituye precisamente un hecho diferencial catalán, antes al contrario, ya que en España y en toda Europa sucede exactamente lo mismo: crisis y decadencia de la izquierda, no ya como práctica política sino incluso como concepto.

Ocurre sin embargo que la crisis de las izquierdas catalanas va mucho más allá de la que acontece en nuestro entorno natural. Porque aún viviendo asimismo una crisis profunda, en el nivel español, por ejemplo, hay un partido, el PSOE, que hegemoniza el espacio de la izquierda y, victorioso o derrotado ahora, el año próximo o cuando sea, va a seguir siendo así por mucho tiempo. Incluso en Francia y Alemania, donde los viejos partidos socialistas/socialdemócratas son cuestionados por alternativas a su izquierda creadas por militantes que no han querido despeñarse en la renuncia a la identidad y los valores propios del socialismo, existen referentes organizativos claros a los que acogerse y un debate político vivo en el espacio político y social, que permiten decir que esas izquierdas viven en crisis pero que ésta en modo alguno tiene carácter terminal. Sólo el desmigajamiento y la impotencia italianas se asemejan a lo que viene sucediendo en Catalunya desde hace tiempo, un proceso de descomposición que a raíz de las últimas elecciones autonómicas se ha acelerado de modo notable.

Al final de este blog campea una frase que aún siendo cosecha propia de un servidor de ustedes, en realidad matiza una célebre sentencia del pensador marxista renovador Cornelius Castoriadis: "El comunismo fracasó y la socialdemocracia está agotada. Hoy más que nunca, la alternativa es socialismo o barbarie". Que la experiencia comunista -con su capitalismo de Estado, su dictadura represiva, su desprecio de los valores humanos y ciudadanos y su ineficacia económica y social-, fue un fracaso tan rotundo que resulta inimaginable concebir su resurrección ni siquiera como mera hipótesis, está fuera de toda duda. Como igualmente está fuera de duda que la socialdemocracia, hija del ayuntamiento del temor capitalista al comunismo durante la Guerra Fría y de la fuerte expansión de la economía productiva tras la Segunda Guerra Mundial, está periclitada y obsoleta, al haber cerrado los patronos el grifo con el que se alimentaba el Estado del Bienestar y sobre todo, al producirse el cambio en el modelo de relaciones de producción y la desaparición del capitalismo centrado en la manufacturación de bienes materiales, substituido por el que basa sus beneficios en la especulación financiera.

En Catalunya esta destrucción del tejido productivo y su substitución por un universo de economía-ficción, viene produciéndose desde principios de los años ochenta. Una de sus consecuencias buscadas ha sido la extinción de los modelos mentales y teóricos tradicionales de las fuerzas de izquierdas -que remiten a la lucha contra el capitalismo productivo-, paralela a la introducción del pragmatismo desideologizado como método de gestión allá donde la izquierda gobierna. Así, las clases trabajadoras han quedado progresivamente desarmadas ante el asalto de la derecha económica y política; no es tanto que éstas hayan impuesto la aceptación razonada de sus ideas y sus políticas, sino que a través de los medios de generación de consenso social y sus altavoces han conseguido hacer creer que no hay otras posibles. Otro mundo no es posible, podría ser el eslogan del pensamiento único derechista. El aburguesamiento de los mandarines que gobiernan las organizaciones sindicales, políticas, sociales y culturales de la izquierda, y la deserción en masa de sus intelectuales rumbo a los cómodos prados en los que ahora pacen (cátedras, diarios, premios literarios...) han hecho el resto, posibilitando esa imposición.

Como consecuencia, el desconcierto del antiguo votante de izquierdas catalán es total. Desde hace tiempo sus dirigentes pertenecen en su mayoría a los estratos menos exitosos de la burguesía media catalana, y están impregnados de los valores y esquemas mentales propios de esa clase social; en su mayoría continúa teniendo como referente mítico al PSOE, un partido centenario al que se vota más por su pasado que por su presente, ya que actualmente vive en fase de transformación en una fuerza liberal cuyas políticas de gobierno y cuyos posicionamientos ideológicos están cada vez más desconectados de los intereses de las clases trabajadoras y populares; y en fin, el consumismo, la alienación, la competitividad y la insolidaridad, valores preconizados y difundidos por la derecha como recetas para desarticular las bases sociales de la izquierda, han cuajado de modo muy sólido en grandes sectores de las clases trabajadoras y populares, en Catalunya y en cualquier otra parte, mucho antes de que el fenómeno de la globalización les de consistencia de leyes universales.

Ante semejante panorama, el votante de izquierdas tradicional se refugia en la abstención. No cambia su voto llevándolo fuera de su espacio, porque entiende que no es la realidad la que ha cambiado en perjuicio de sus ideas; al contrario el mundo contemporáneo, sobreexplotador y extremadamente alineante como en ninguna otra etapa anterior del capitalismo, les dan la razón, las hace más vigentes que nunca. Es la incapacidad para encarnarlas que sufren las organizaciones de izquierdas, singularmente los partidos que hasta fecha reciente se reclamaban de esa ideología y que ahora prefieren calificativos eufemísticos y políticamente correctos como progresistas, verdes, demócratas sociales, etc, como nuevas identidades de conveniencia, la que hace imposible el voto a la fuerza de siempre e incluso a las otras fuerzas próximas pertenecientes al mismo espacio político.

La imagen que ilustra el post corresponde a un cartel llamando al voto a las izquierdas en las elecciones de febrero de 1936. Muchas familias habían quedado rotas por la salvaje represión que siguió a los movimientos revolucionarios en defensa de la República de octubre de 1934.

jueves, 2 de diciembre de 2010

Zapatero, paquetes y circo


Empiezo a sentirme seriamente preocupado por la salud mental del señor Zapatero. Este hombre no está bien. O tal vez sea que vive rodeado de asesores que en realidad son infiltrados a sueldo del Partido Popular. Alguna de las dos explicaciones debe ser la correcta, sino no se entiende este frenesí de ir lanzando paquetes de medidas a cual más reaccionaria y lo que es peor, inútil, cada vez que "los mercados" le enseñan las fauces. Este tipo no es que no tenga un plan, es que vive al día a base de ir quemando lo que queda de país.

El paquete de ayer: rebaja de impuestos a las empresas ("pequeñas y medianas", por supuesto), eliminación de los 420 euros de prestación a los parados que han agotado todas las otras posibles prestaciones (esto sí es hacer política social aunque sea de la mala, y no el aprobar el matrimonio gay), y almoneda de la Lotería Nacional (se vende el 30% en una primera fase), de AENA (el 49%) y de la gestión de los aeropuertos de Barcelona y Madrid, que se entregará íntegra a la "iniciativa privada". Compren España señores, está en venta y sale más barato que unos calcetines en un mercadillo de gitanos.

En resumen, se rebajan los impuestos a los empresarios, se fulmina el subsidio a los parados sin recursos, se saldan las empresas y servicios públicos, y se entrega la mina de oro del monopolio de las loterías al mejor postor (que seguro no será finalmente una asociación de parados y ni siquiera de "pequeños y medianos empresarios", sino un cártel formado por mafias internacionales del juego). Todo para recoger cinco mil millones de euros, una miseria visto el tamaño del agujero financiero, que en todo caso son pan para hoy y hambre para mañana.

La situación debe ser tan dramática que el señor Zapatero no viajará a la XIX Cumbre Iberoamericana que debe comenzar en Argentina (ya saben, ese fiestorro a barra libre que hasta ahora pagaba España para que el Rey y el presidente del Gobierno se hicieran una foto con los mandatarios latinoamericanos). O quizá no sea tan mala, pues en vez de encerrarse en su despacho a cavilar el próximo paquete, el señor Zapatero se va hoy a no sé dónde para "defender" la candidatura conjunta hispano-lusa a la organización del Mundial de Fútbol de no sé qué año ni maldito lo que me importa. Zapatero cambia la Cumbre Latinoamericana por la ceremonia de adjudicación de un Mundial de fútbol; supongo que en América Latina habrán tomado nota.

En fin que sólo alguien que haya perdido completamente el control de sí mismo es capaz de hacer un gesto así. De acuerdo, el fútbol es el principal instrumento de embrutecimiento colectivo, la droga que permite mantener fuera de la realidad a tantos desgraciados y aminorar así tensiones sociales, pero incluso los políticos profesionales españoles deberían mostrar un mínimo respeto por sí mismos ya que al parecer no lo tienen por sus administrados. Este gesto de Zapatero no será olvidado fácilmente.

Ojalá el campeonato de mierda ése se lo den a cualquier otro país, porque como se lo den a España y Zapatero, el Rey y la corte de bufones políticodeportivos que les acompañan se pongan a dar saltos de alegría para celebrarlo, a abrazarse y a brindar con una copa de champagne, apenas 24 horas después del "paquete de medidas" que han tenido las gónadas de aprobar, habrá que llegar a la conclusión de que esta gente no son más que una camada de piojos retozando sobre el lomo del país. A este paso, en las próximas elecciones generales va a votar su padre.

En la fotografía que ilustra el post, el presidente Zapatero acaricia la Copa del Mundo de fútbol rodeado por jugadores de la selección española.

jueves, 25 de noviembre de 2010

El silencio de los corderos en el metro de Bilbao


Dice El País de hoy que una mujer paraguaya recibió una fuerte paliza el martes pasado cuando viajaba en un vagón del metro de Bilbao. Sin mediar otro desencadenante que la estupidez humana, una pareja de jóvenes la agredió físicamente después de insultarla y humillarla. A consecuencia del ataque racista la inmigrante acabó magullada y con un collarín ortopédico.

Según el diario español, la pareja le oyó hablar por teléfono móvil en guaraní e inmediatamente "le dijeron que era una inmigrante que venía a quitar el trabajo y a prostituirse", relata Vilma López, la presidenta de la asociación de paraguayos Guaraní Tetagua, de la que es socia V. E. L." Enseguida llegó la paliza, que incluyó arañazos propinados por la chica y un puñetazo en la cara y patadas en el estómago dados por el chico. El ataque tuvo lugar entre dos estaciones del centro de la capital vizcaína, aproximadamente a las cuatro menos veinte de la tarde en un vagón repleto de gente.

Lo más llamativo del caso no es tanto la agresión en sí como el hecho de que se produjera en hora punta, con un montón de personas delante que no intervinieron en ningún momento en defensa de la agredida. Recordarán que hace un par de años un cretino -que por cierto, o mucho me equivoco o nunca llegó a ingresar en prisión ni siquiera preventiva- dio otra paliza salvaje a una muchacha inmigrante en el metro de Barcelona, ante la indiferencia del único pasajero que la presenció, que por cierto era de origen asimismo inmigrante. El caso de Bilbao es aún más repugnante dado que según cuenta el diario, el vagón iba tan repleto que era difícil abrirse paso en su interior. ¿De qué pasta está hecho pues ese centenar largo de borregos -en toda la extensión de la palabra: como sinónimo de alienados y también de rebaño-, incapaces no ya de defender a la atacada sino incluso de afear su conducta a los agresores?.

Éste es el verdadero peligro, el silencio de los corderos; su indiferencia cuando el machacado es otro. Recuerden Alemania en los años treinta. Porque al cabo el nazismo -y esa pareja bilbaína son dos nazis, aunque ellos probablemente aún no lo sepan-, no triunfó porque algunos miles de psicópatas se dedicaran a pasar a cuchillo a sus semejantes por ser judíos, izquierdistas, homosexuales o miembros de cualquier colectivo constituido en objetivo criminal del nazismo. Los verdaderos responsables de que eso llegara a suceder fueron los millones de ciudadanos que permanecieron pasivos cuando no indiferentes, y en todo caso contentos de no ser ellos las víctimas.

El drama vivido en el metro de Bilbao presagia algo mucho peor que el reverdecimiento de actitudes y mentalidades nazis: la existencia de un clima social que desde ya les garantiza impunidad en sus acciones. De seguir así, lo que vendrá después ya lo conocemos.

lunes, 5 de abril de 2010

Últimas Semanas Santas de la Iglesia Católica



Dice José María Izquierdo en su blog que muchos andan hoy agotados tras esta Semana Santa, luego de haber intentado inútilmente "evitar quedar sepultados en calles y avenidas de cada ciudad, de cada pueblo de España por procesiones de todo tipo y condición, matutinas, vespertinas, nocturnas, con cánticos, silenciosas, con cristos, con vírgenes, etcétera, etcétera". El espectáculo de la piedad teatralizada al por mayor, en suma, que de un tiempo a esta parte han vuelto a retransmitirnos televisiones y radios como si aún estuviéramos en lo más recio del franquismo. De hecho las teles públicas han repuesto un año más Ben Hur y Barrabás (aunque no La Túnica Sagrada, quizá porque los programadores conocen el tirón que entre el mundillo gay tenían los muslazos de Paul Newman joven, y no querían darles a esos sindiós una nueva ocasión de pecar).

Dice Izquierdo que este año además, el Maligno le ha acabado de agobiar con el encargo de participar en la "vastísima campaña mundial" contra el autodenominado Santo Padre (y sin embargo, presuntamente virgen) "y su infinita bondad". Ya ven, la Iglesia perseguida otra vez, como en los tiempos de Constantino el Grande o Felipe González, por poner dos ejemplos de emperadores terrenales que negaron a la Santa Madre (y sin embargo, inmarcesible ramera) el más menudo óbolo para su substento. Alabado sea el Señor.

El señor Joseph Ratzinger, Herr Papen ya saben, ése señor que antaño fue miembro de organizaciones nazis y hogaño resultara proclamado por sus pares delegado plenipotenciario de Dios en el mundo (digamos que el hombre simplemente cambió de Führer. O no), está dolido estos días porque su Iglesia anda arrastrada por las portadas de los medios de comunicación. Lo curioso del caso es que a una organización que tiene en su haber criminal cositas como la Santa Inquisición, la Cruzada de Franco o su estrecha colaboración financiera con la Mafia, esté yéndose al diablo por cuestiones de bragueta. Pobre Ratzinger, clamando chulerías de nazi sin arrepentir sobre las ruinas de la Babilonia romana, mientras la actitud de la gente ante sus pecados se divide entre la creciente indignación y la cada vez mayor indiferencia.

Porque entendámonos, lo que está haciendo del siglo XXI el último que seguramente conocerá la Iglesia Católica, es precisamente el que haya devenido de uso masivo la más poderosa arma inventada contra esa clase de instituciones opresoras: la indiferencia popular ante su propia existencia. Sin ir más lejos, así le llegó el fin al servicio militar en España, ¿recuerdan?: no es que la mayoría de los jóvenes se hicieran antimilitaristas, es que no le encontraban sentido ni siquiera como objeto de su odio, "pasaban" totalmente de él y del ejército.

La indiferencia popular que no cesa de aumentar es a la larga la verdadera condena a muerte para la Iglesia Católica, mucho más eficaz que el desprestigio y las condenas incluso judiciales que pueda sumar en estos momentos.

En la fotografía que encabeza el post, Karol Wojtyla, alias Juan Pablo II, saluda efusivo y sonriente al reputado asesino general Augusto Pinochet, durante su visita a Chile en 1987.