domingo, 6 de febrero de 2011

Primarias socialistas en Barcelona: Jordi Hereu, el mal menor



La campaña previa a la votación para elegir cabeza de lista del PSC a la alcaldía de Barcelona ha empezado con más pena que gloria. El entusiasmo que sienten militantes, simpatizantes y ciudadanos en general por los dos candidatos en liza, resulta perfectamente descriptible y a la altura de sus respectivos merecimientos. Cabe apuntar eso sí, que mientras que el actual alcalde, Jordi Hereu, inició su rueda de mitines por barrios ante 300 personas en el distrito Sant Martí (una de las barriadas obreras de la ciudad), su oponente, la sra. Montserrat Tura, lo hizo -cómo no- en el superburgués Eixample, ante apenas un centenar de ciudadanos.

Es cierto que la trayectoria profesional y política del señor Hereu no deja de ser la de un cuadro de la Administración discreto y grisáceo, eficaz a su manera pero carente no ya de carisma, sino siquiera de un asomo de liderazgo que concite en torno suyo voluntades listas para la acción. Un servidor, que tuvo el honor de conocer en vivo y en directo la época de Pasqual Maragall al frente del Ayuntamiento barcelonés y ha vivido lo que vino después, los mandatos de Jordi Clos primero y ahora de Jordi Hereu, no puede menos que hacerse cruces ante la merma que venimos sufriendo en cuanto a la calidad del personal político, circunstancia que obviamente resulta homologable en las respectivas escalas de la política catalana, española y europea en general; donde antes había gigantes ahora nos tenemos que conformar con enanitos más o menos aplicados.

Claro que todo esto resultan disquisiciones más o menos entretenidas, si consideramos la oponente que le ha salido al alcalde Hereu. Y es que toda la experiencia municipal de la señora Montserrat Tura se concentra en sus años como alcaldesa de Mollet, una pequeña población de la periferia barcelonesa. Su conocimiento de la ciudad de Barcelona no debe diferir mucho del que tienen los turistas europeos que nos invaden los fines de semana, al menos por lo que hace a la Barcelona popular y trabajadora, la de los barrios periféricos. Francamente no me extraña que la señora Tura haya comenzado su campaña por el Eixample, el centro bienestante de la ciudad, ya que dudo que sepa siquiera dónde están la Vía Julia, la plaza Valentí Almirall o el Paseo Torras i Bages, por poner sólo unos ejemplos de lugares ubicados en zonas populosas de las barriadas obreras barcelonesas. Yendo un poco más allá, dudo incluso que la carrera política de la señora Tura hubiera llegado siquiera a iniciarse de no ostentar el dignísimo y admirado apellido que lleva. Pero dejemos eso; aquí de lo que se trata al parecer es de encontrar ahora un puesto de trabajo de altura a una persona que ha perdido el que tenía en la Generalitat de Catalunya. Pues bien, señora Tura, si tanto le gusta la política municipal esta es una ocasión pintiparada para volver a presentarse como candidata a alcaldesa de su pueblo, Mollet, y dejarnos en paz a los barceloneses.

Y es que en contra lo que hoy mismo se afanan en hacer creer la mayoría de medios, la señora Tura no tiene la más mínima posibilidad de vencer al candidato de la derecha nacionalista, CiU, el señor XavierTrias. Y eso que el señor Trias es un candidato verdaderamente penoso: un anciano con graves problemas de salud física y mental, que encabeza la lista de un partido corrupto y trapacero como probablemente no haya otro en toda la Península Ibérica, incluido su más que probable futuro socio municipal, el Partido Popular español, la extrema derecha españolista. Ocurre que en los barrios obreros de Barcelona los últimos votantes que le quedan al PSC ya están haciendo saber indignados que en modo alguno van a votar por una posible candidata que representa el establishment burgués nacionalista catalán, una persona que en caso de fracasar en el intento (lo que como digo parece inevitable), no seguirá como concejala y acabará un día u otro yéndose al pesebre que en CiU han habilitado para "catalanistas desencantados" del PSC (véase el caso Ferran Mascarell y otros), es decir, para tanto cuadro y dirigente "socialista" sin expectativas de seguir viviendo de la política en el ámbito de la izquierda.

Es por todo ello que Jordi Hereu representa un mal menor para quienes, a pesar de todo seguimos creyendo en un proyecto de izquierdas para la ciudad de Barcelona. El nuestro es un voto sin entusiasmo alguno, ya que hace tiempo que sabemos bajo mínimos la credibilidad política de quienes presuntamente lideran este proyecto, en Barcelona desde luego y también en toda Catalunya; para el caso, lo mismo da la Federación de Barcelona que la sede de la calle Nicaragua (el aparato central del partido). Pero también es cierto que votaremos con la firmeza de quienes saben que el apoyo a otras opciones significa entregar inerme nuestra ciudad al enemigo de clase.

10 comentarios:

Celemin dijo...

Sin conocer a ninguno de los dos, el otro día pensaba, que no sabría decir el nombre del Alcalde de Barcdelona (ahora ya si). Y eso, como tu dices, es porque no tiene la talla de Marragall o incluso del tuecebotas de Narcís Serra. Un alcalde desconocido, puede ser buen gestor, pero en esto de la política dónde lo que prima es el humo que uno puede llegar a vender, es penoso que el alcalde de la primera ciudad en número de habitantes del estado sea un desconocido.
Y en cuanto a la señora Tura, ojalá todos los Bonos, Vazques y Turas del PSOE acabaran en los CIUS o UPDs. Por lo menos estarían dónde les corresponde y no engañando electores.

Salud, amigo.

Joaquim dijo...

Lo dicho, Celemín, la política fue cosa de gigantes y ahora es oficio de enanitos. Lástima.

Anónimo dijo...

Poner a Montserrat Tura a la altura idiológica de Bono y Vazquez, es un insulto. Para ella, claro.
Los susodichos, llegado el caso, y por el bien de España, no dudarían en ingresar en el PP o UPD. Preguntárselo a Tura.

Joaquim dijo...

Pues qué quieres que te diga, "Anónimo", a mí me resulta imposible distinguir entre un oportunista político y otro.

Y en fin, unos lo harían por el bien de España y los otros (de Mascarell en adelante), lo están haciendo por el bien de Catalunya. El país es diferente, la jeta de cemento armado la misma.

Anónimo dijo...

De ahí la confusión: Pensar que entre CIU y PSC existe la misma distancia que entre el PSOE y PP o entre el PSC y PPC.

Joaquim dijo...

La distancia ideológica original entre PSC y CiU es exactamente la misma que entre PSC y PP, dado que entre CiU y PP no existe distancia ninguna. Ellos mismos dicen compartir el mismo "modelo de sociedad", y todos sabemos qué significa eso.

Que alguien de izquierdas se vaya a IC, a la CNT o a su casa es lo políticamente coherente; que se vaya a la derecha sea en disfraz españolista o catalanista, es una traición a cuanto significa la izquierda y no sólo ni principalmente en términos políticos, además de una clara invitación a pensar que el individuo en cuestión jamás fue realmente de izquierdas sino un oportunista situacionista.

Anónimo dijo...

No quisiera alargarme execivamente, y menos en casa ajena, pero no seré yo el que le discuta a Ferrán Mascarell ( que no consta que haya cambiado "por Catalunya" ) su decisió de pensar que -más/menos- la política cultural que en su momento podía llevar a cabo a cuenta del tripartito -cuando sí podía autoproclamarse de izquierdas- , ahora lo pueda hacer con CIU. Lo que no veo de ninguna de las maneras es que Mascarell aceptara la conselleria de cultura en un gobierno del PPC.
Por cierto, si como yo sostengo, la distancia entre CIU y PSC no es tan abismal, ¿ no cabe preguntarse que pueda ser por haberse movido el PSC más que CIU ?
¿ No será que el PSC es un partido de centro y CIU de centro derecha ?
Ah, Germà Bel y Joan Majó ( exalto cargo y exministro respectivamente con F. Gonzalez ) nuevos asesores del gobierno de la Generalitat también deben ser unos traidores a la causa y repentinamente se han vuelto conservadores y derechistas.

Joaquim dijo...

Insistente "Anónimo", Ferran Mascarell es un hombre que ha sufrido la típica evolución de la "burguesía progresista" catalana, desde el intento de construcción de una alternativa a los valores dominantes de esta sociedad hasta su plena aceptación y la integración en el ecosistema en el que reina una relativamente extensa nómina de "machos alfa" (y alguna que otra hembra ídem) del catalanismo burgués versión industrias culturales locales, creadores y beneficiarios de "cultureta" adocenada para consumo de "tietes" que peinan moño conservador y de adolescentes de instituto con picores y fervorines patrióticos. Una lástima.

No conozco personalmente a Joan Majó pero hace tiempo que sufro en silencio sus "derecheces" primero como diputado, luego como ministro y en los últimos tiempos como "intelectual inorgánico" y "tecnológico punta" del PSC. Que se haya largado a pastar a CiU me parece un alivio pata todos, incluido él mismo.

En cuanto a Germà Bel, a quien conozco desde la JSC de los primeros años 80, lo que me extraña es que haya tardado tanto tiempo en dar este paso. Le auguro un gran futuro como cargo político de derechas a quien hace muchos años es un economista de derechas de manual.

Si esta gente acabará o no en el PP es cosa suya, aunque en la política catalana hace tiempo que ya nada me sorprende.

Anónimo dijo...

I per què et fa estrany que hagi tardat tan en donar aquest 'pas'? Ja saps el que és l'economia, en general, de manual?

Joaquim dijo...

Si que ho sé: ideologia pura, com la que feu els economistes de dretes quan digueu: mireu, això és el que hi ha, no hi han alternatives al "lliure mercat".

Sí que lo sé: ideología pura, como la que hacéis los economistas de derechas cuando decís: mirad, esto es lo que hay, no existen alternativas al "libre mercado".