En el PP español, el nerviosismo de Mariano "Otegi" y sus "borrokas" con traje caro aumenta por días, a medida que como escribe hoy Manolo Saco la policía va encontrando sus zulos. Irremisiblemente esos descubrimientos conducen a los investigadores a probar no ya que unos cuantos personajes del PP instalados en las más altas instancias del partido se han estado llenando los bolsillos como posesos -que también- , sino que todo el partido (presuntamente, desde luego) se financia, vive y actúa con dinero corrupto. Y esa es la madre del cordero.
En los próximos meses vamos a asistir a una ofensiva brutal a cargo del singular Dúo Dinámico (Partido Popular-perrera mediática), que van a intentar hacer por todos los medios a su alcance el mayor ruido posible para tapar lo que ya es el escándalo por antonomasia de la democracia juancarlista: cómo el partido de la derecha española vive enlodado hasta las cejas en una ciénaga de dinero sucio, que (presuntamente, faltaría más) lo mismo sirve para poner parquet de pino siberiano en los chalets de sus dirigentes mallorquines como para meter coches Jaguar sin coste en el garaje de dirigentes madrileñas, pagar la boda imperial de la hija del Caudillín Aznar como financiar las campañas políticas de muy distinguidos líderes regionales, surtir de bolsos Louis Vutton a sus alcaldesas favoritas como trajear como un príncipe al presidente de la autonomía en la que es posible toda amistad/colaboración/colusión entre bandidos, políticos y jueces (sí, estoy hablando de Valencia, y nada presuntamente: está en el sumario y en las hemerotecas).
Como dijo ayer Alfonso Guerra en las campas de Rodiezmo, en las cenas que organiza el PP se puede encontrar siempre además de otros fiambres, un buen puñado de chorizos. Más que en una fábrica de Revilla, añadiría yo.
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