Mostrando entradas con la etiqueta Borbones. Mostrar todas las entradas
Mostrando entradas con la etiqueta Borbones. Mostrar todas las entradas

martes, 2 de agosto de 2011

El señor Borbón se lo pasa bomba



El "tradicional" despacho de vacaciones entre el señor Juan Carlos de Borbón, a la sazón jefe del Estado español a título de rey, y el presidente del Consejo de Ministros, José Luis Rodríguez Zapatero, realizado ayer en Mallorca, ha pasado casi desapercibido para la prensa y el público en general.

Lo cierto es que al decir de la escasa información dada sobre la presunta reunión de trabajo, esta dio comienzo a las seis y media de la tarde y apenas duró una hora, y todo ello en una jornada en la que llovieron chuzos de punta sobre España lanzados por los famosos mercados, al punto que el diferencial con la deuda alemana ha llegado a la cota de los 400 puntos y en muchos despachos financieros europeos comenzó a hablarse de la inevitabilidad de una operación de rescate financiero de España. Pues mientras todo esto pasaba, al parecer la repleta agenda veraniega del señor Borbón le impedía despachar con su primer ministro por la mañana, que es cuando la gente normal trabaja. Y es que la familia real más o menos al completo anda ocupada estos días con las regatas de veleros y el papel que en ellas hace el yate Bribón, que ya es nombre para un barco en el que regatea una familia real por muy sencilla y campechana que sea, o eso dicen.

Los Borbones son gente que de jóvenes, recién llegados al trono, acostumbran a estar poseídos por un loable ímpetu reformista. Luego se van acomodando al oficio y estilo de vida, y cuando se hacen viejos se vuelven unos vivalavirgen sin remedio, que en tiempos dedicaban todo el santo día a cazar jabalíes en el monte de El Pardo y a perseguir señoras alegres en barrios madrileños de mala nota (así pilló alguno la sífilis). Los tiempos cambian que es una barbaridad, y el Borbón actual, que difícilmente puede ya navegar a vela ni perseguir señoras con el ímpetu de antaño (a las fotografías publicadas más de una vez años atrás en medios internacionales me remito, y no solo por lo que hace a las regatas), se ha de conformar con descansar en el palacio de Marivent de su descanso habitual en su residencia de La Zarzuela. Vamos, que una agenda repleta de trabajo intensivo no parece tener el señor Borbón, ni en Mallorca ni en sitio alguno.

Por lo demás las relaciones entre el señor Borbón y Zapatero no parece que hayan sido nunca muy afectuosas, más allá de la pura formalidad entre profesionales de la política. Pero el desaire de ayer bate todos los récords. En la tele se vio a Zapatero llegar solo a Marivent (en tales ocasiones, sus predecesores y él mismo en años anteriores llegaban acompañados por sus esposas) y dominado por la prisa, acaso consciente de que allí estaba de más. Fue su presunto anfitrión quien le hubo de retener con gesto brusco para que posara para los fotógrafos en las escaleras de entrada del palacio. Luego hubo sesenta minutos de palique entre ambos se supone, y finalmente Zapatero se marchó raudo y sin cenar, contraviniendo la costumbre establecida de años hasta ayer mismo.

Algo pasa ahí, pues. Es obvio que Zapatero es un presidente de Gobierno y un dirigente político amortizado -en realidad casi tanto como el señor Borbón como rey, pero esa es otra-, pero la cortesía y la educación marcaban que este último despacho veraniego entre ambos hubiera tenido otra escenificación. Porque el trato desdeñoso del monarca no ha sido a Zapatero, sino a cuantos ciudadanos le tenemos nos guste o no como presidente del Gobierno. Y es que si el señor rey comienza ninguneando a quien hoy por hoy es la máxima autoridad democráticamente elegida por los ciudadanos, quizá comience a ser hora de que muchos de estos ciudadanos se planteen poner punto final de una vez en España a esta comedia de un jefe del Estado no electo, cuya presunta legitimidad no la otorgan las urnas sino los brincos de los reales espermatozoides.

En fin, que vistos los años que ya tiene y el estado general de salud que padece el señor Borbón, pienso que lo mejor que podría hacer sería quedarse en Mallorca para los restos, como un ricacho europeo jubilado más, en vez de continuar ejerciendo un cargo para el que nadie, salvo el general Franco, le eligió en su día. Y de paso, podría mostrar un poco más de respeto por las instituciones democráticas y sus representantes.

La fotografía que ilustra el post ha sido difundida por el propio servicio de prensa de La Moncloa. Obsérvese la distancia física entre ambos personajes, y el aspecto avejentado de Juan Carlos de Borbón.

viernes, 31 de octubre de 2008

Reina, no te calles


La que se ha montado con el librito en el que la señora Sofia de Grecia, de profesión reinona de España, se ha soltado el pelo y ha dicho lo que le pasaba por la neurona. Hombre, no está nada mal que se acabe sabiendo urbi et orbe que tenemos por reina a una señora cuyas posiciones ideológicas (las coherentes con su real condición, por otra parte), son de un reaccionario que te cagas.

Dicho esto, la señora Sofía de Grecia - la esposa del “señor Borbón”, como la llamaba Alfonso Guerra-, tiene todo el derecho del mundo a sostener en público opiniones/mamarrachadas de derecha extrema/extrema derecha, pero eso sí renunciando a ese cargo tan bien remunerado que entre todos le pagamos a escote y presentándose en las listas del PP o de Democracia Nazional, tanto dá, o mejor aún, dando conferencias como una posesa en ése “tinki tanque” acorazado que es la fundación FAES y de las JONS que lidera Aznar.

Claro que llegado el caso, y si por una de esas indecentes piruetas de la historia don Josemari Ánsar retornara al poder monclovita, igual éste terminaba aplicándole a la susodicha la Ley de Extranjería, porque entre ellos parece que precisamente amor no lo hubo nunca. Igual son celos, vaya usted a saber.

En todo caso y mientras tanto, mejor que vayan conociéndose las ideas que verdaderamente tienen en esa casa llamada Real.

sábado, 17 de mayo de 2008

En la Era de la Tecnología, algunos siguen montando en burro


Sofía de Grecia, de profesión reina de España, anda estos días por la isla de Rodas estrechando los finiseculares lazos que unen a nuestras dos grandes naciones, o eso decían años atrás los comunicados del gabinete de prensa de la Zarzuela en ocasiones semejantes.

Con los años parece que a los Borbones y a sus empleados se les ha ido pasando la vergüenza y han dejado de buscar justificaciones: ahora Sofía simplemente "está en Rodas", e incluso, en algún medio se ha llegado a afirmar que se halla de "vacaciones en la isla griega". Así pues, lo que se ha aumentado en descaro al menos se ha ganado en sinceridad. En fin, que la reina de España está haciendo en Rodas lo que es propio de las reinas hacer todo el año: no dar golpe y pasarlo bien.

Por pura coincidencia, se supone, a Sofía de Grecia le sacaron una foto ayer, víspera del Día de Internet, hablando por teléfono móvil al tiempo que montaba en burro. Curiosa la imagen: uno de los medios de transporte más tradicionales, aunque ahora su uso haya quedado reservado para turistas, se combina en la fotografía con el uso de un aparato de tecnología punta. Todo muy simbólico. Lástima que no hubiera por allí cerca un motorista de la Guardia Civil de Tráfico para recordarle a Sofía aquello de: "si conduces, no hables por teléfono móvil".

Ahora, lo mejor de la foto es la cara de indiferencia del borrico. Se ve que al animalito la real turista le trae sin cuidado. ¡Un burro republicano! Seguro que debe ser descendiente de alguna de las acémilas que acompañaron a los guerrilleros griegos de izquierdas que, luego de la Segunda Guerra Mundial, lucharon contra la monarquía derechista que impusieron los familiares de Sofía gracias a las armas británicas.

Así que toda mi simpatía y solidaridad con ese borrico obrero, obligado a cargar con el peso de la real persona. Bien pensado, es lo que hacemos los españoles todos los días.