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domingo, 25 de noviembre de 2007

Fracasa la séptima convocatoria ultraderechista contra el gobierno Zapatero


Rotundo pinchazo de la séptima manifestación ultraderechista antigubernamental convocada en la presente legislatura por el PP-AVT con la excusa del terrorismo etarra.

Los cálculos no engañan. Si en anteriores convocatorias las cifras de asistentes oscilaban entre los 150.000 y los 220.000, a la del sábado 24 de noviembre asistieron escasamente unas 60.000 personas.

Según las mediciones de la web El Manifestódromo, que ilustra su información con fotografías de control tomadas en la manifestación,

"El cálculo arroja un área de 20.600 m2 (superficie realmente ocupada por los manifestantes), con lo que:

Suponiendo 2 personas por m2 resulta una asistencia de 41.200 personas.
Suponiendo 3 personas por m2 resulta una asistencia de 61.800 personas.
Suponiendo 4 personas por m2 resulta una asistencia de 82.400 personas.

A la vista de la densidad media observada sobre el terreno, el espacio entre pancartas, huecos en las aceras, etc... estimamos que la cifra más aproximada es de 61.800 asistentes.

Dada la cifra de 550.000 manifestantes ofrecida por la Comunidad de Madrid, y para el área que hemos calculado, resultaría en una densidad de aproximadamente 27 personas por m2.".

El diario El País obtiene un resultado prácticamente idéntico:

"La ocupación máxima posible en los 196.186 metros cuadrados del recorrido es de 784.744 personas (cuatro por metro). La marcha, sin embargo, sólo logró ocupar en su totalidad la calzada de la plaza de Colón y el arranque de la calle de Genova, hasta la Audiencia Nacional, es decir, una novena parte del espacio total posible, como cualquier ciudadano podía comprobar.

Este diario calculó la asistencia cuando la manifestación estaba totalmente parada, a las siete de la tarde, y mientras se leían los comunicados finales. En total, 62.939 personas. La Delegación del Gobierno ofreció el dato (con planos, fotos aéreas y sistema de cálculo) de 76.875 asistentes. En resumen, sería la de menor participación a tenor de los cálculos de la Delegación del Gobierno y la segunda menos nutrida, a la vista de los datos de EL PAÍS, pero también la segunda menos numerosa para la Comunidad de Madrid".

Ahora ya sabemos por qué el PP intentó desmarcarse de la marcha, a la que finalmente le obligaron a asistir los medios de comunicación que "orientan" las decisiones de ese partido, singularmente la radio de la Conferencia Episcopal Española. Además del partido de la extrema derecha parlamentaria española, asistieron a la manifestación hasta diez organizaciones de carácter netamente fascista, según denunció el pasado jueves el diario digital El Plural.

domingo, 25 de febrero de 2007

¿Pero hubo alguna vez un millón de fascistas?

La enésima manifestación de PP-AVT contra el Gobierno Zapatero se ha saldado con un muy notable descenso de participantes. Era de preveer, desde el momento en que la cúpula del PP negó su asistencia dejando que el partido estuviera representando en la marcha por figuras segundonas como Acebes y Esperanza Aguirre. Ni Rajoy ni los líderes parlamentarios, embarcados ahora en la difusión de un programa "centrista" para las próximas elecciones locales y autonómicas de mayo, han querido hacerse la foto con Alcaraz y su aguerrida tropa de visones y gominas cantando himnos guerreros y tarareando ese himno supuestamente nacional que secuestran.

Según se comenta en Madrid Alcaraz está fuera de control, y comienza a ser un estorbo para los dirigentes del PP. La encuesta del CIS, que sitúa a Rajoy nada menos que en quinto lugar en la preferencia de líderes políticos por detrás de Llamazares, Duran Lleida y hasta del regionalista canario Paulino Rivero, en tanto Zapatero sigue siendo el preferido e incluso incrementa levemente su ventaja sobre los otros, ha disparado las alarmas en Génova 13. Mejorar la imagen pública de la dirigencia del PP pasa ineluctablemente por tomar distancias respecto a Alcaraz, ese monstruo de Frankenstein que ellos mismos fabricaron y que cada vez se escora más hacia la extrema derecha. Visto como están las cosas, no sería raro incluso que Alcaraz atendiera las lisonjas y proposiciones que le llegan desde los sectores del fascismo político organizado fuera del PP y se dispusiera a encabezar un proyecto propio, algo que perjudicaría seriamente a la extrema derecha parlamentaria española.

Así, el sábado fueron apenas 60.000 los irreductibles que marcharon a favor de la prolongación indefinida de la "guerra del Norte", como dicen en esos ambientes. Ni siquiera llegaron a ocupar una tercera parte de la superficie de la madrileña plaza de Colón, según se ve en las fotos que comenzaron a publicarse desde la misma tarde de ayer. Y es que en esta ocasión no hubo movilización de la militancia del PP ni autobuses gratuitos desde provincias.

Ciertamente en su mejor momento estas marchas objetivamente favorables a la continuidad de la acción de ETA, con el PP volcado en su organización, nunca llegaron a convocar más de unas 200.000 personas, según se ha documentado hasta la saciedad. Por otro lado está claro que un esfuerzo movilizador así no se puede mantener indefinidamente, y tras siete u ocho convocatorias en apenas tres años, el cansancio ha comenzado a hacer mella en los sectores menos fanatizados del rebaño. Esa deserción progresiva y la falta de apoyo político de enjundia, pueden acabar haciendo que, como decía antes, Alcaraz y la Corte de los Milagros que le rodea en la AVT huyan hacia delante y busquen refugio en las filas del fascismo político organizado fuera del PP. El perfil de quienes a pesar de todo continuan asistiendo a las marchas, sus cánticos, banderas, pancartas e himnos, así lo presagian.

Podría ser entonces que las manifestaciones de la AVT devinieran en un simple problema de orden público, a atajar por la policía sin complicidades ni debilidades. Porque realmente nunca hubo un millón de fascistas en la calle, pero sí puede ser que de aquí a pocos meses en Madrid queden algunas decenas de miles dispuestos a convertir en su nuevo Caudillo a un individuo que, por cierto, guarda un extraño parecido psicológico y físico con el original: al igual que Franco, Alcaraz es un ser tímido, apocado, falto de preparación, tozudo y rencoroso, de corta estatura física y voz atiplada. Demasiadas coincidencias.