La lista de candidatos por Barcelona ciudad que presenta el PSC a las próximas elecciones municipales es aún más descorazonadora de lo que cabía esperar. Argumento casi desde el desconsuelo:
1. Se prescinde de la mayoría de los concejales actuales más experimentados y con más trayectoria en la gestión municipal, entre ellos varios concejales de distrito bien conocidos y valorados por los vecinos y las asociaciones.
2. Se promocionan a puestos seguros algunos candidatos cuya único haber político general -por no hablar solo en términos de política municipal-, es simpatizar más o menos abiertamente con la derrotada candidata en las primarias del PSC y con los planteamientos del sector nacionalista del partido.
3. Se sitúa en "puestos de futuro" a verdaderos aficionados de la política ansiosos de profesionalizarse, casi todos en línea con el perfil efebócrata que el zapaterismo ha convertido en religión a la hora de promocionar políticos: candidatos muy jóvenes (y mejor si son de sexo femenino por aquello de la paridad), sin oficio ni beneficio pero ambicionando convertir la política en su fuente de ingresos permanente; gente carente de ideología, formación, experiencia y bagaje político y personal, cuyo único mérito real es garantizar fidelidad perruna al mando que les coopta.
4. Salvo algún nombre muy concreto, no se vislumbra entre los candidatos la más mínima representación no ya de alguna variante del pensamiento de izquierdas sino de cualquier forma de pensamiento político que no sea un abstracto "progresismo" positivista burgués.
5. En la lista no hay un solo sindicalista o cosa parecida. Tampoco ninguna persona conectada con la sensibilidad de las clases trabajadoras y sus tradiciones, o al menos identificada con sus intereses. Es una lista integrada por miembros de las clases medias-altas autóctonas y por desclasados provenientes de la pequeña burguesía y las clases populares inmigrantes.
6. Es una lista que prepara al partido para un pacto de "sociovergencia", ese "compromiso histórico" bufo por el que suspiran desde hace años las clases hegemónicas catalanas y sus instrumentos de acción política y social y que ahora parecen más cerca que nunca de alcanzar (algún ensayo se está haciendo ya en el Govern de la Generalitat con "semitránsfugas" del PSC).
7. Amplía y refuerza el abstencionismo de los barrios obreros y populares: lo que evidentemente beneficia electoralmente a la derecha en su conjunto, abre la puerta de la alcaldía de Barcelona a la derecha catalanista y prepara el terreno para la victoria de la española en las elecciones generales próximas, se celebren el año próximo o este otoño.
Les dejo unos versos célebres, que creo describen perfectamente la situación:
¿Qué esperamos aquí, en la plaza reunidos?
A los bárbaros, que hoy llegan.
¿Por qué tal calma en el Senado?
¿Por qué los senadores, sentados, no legislan?
Porque hoy llegan los bárbaros.
¿Qué leyes van a hacer los senadores?
Los bárbaros ya nos darán sus leyes cuando vengan.
(de Esperando a los bárbaros, poema de Konstantinos Kavafis)
En la imagen que ilustra el post, billete de 1'50 pesetas acuñado por el Ayuntamiento republicano de Barcelona en 1937, en los años en que los barceloneses también estaban como ahora "esperando a los bárbaros".
Como puede observarse el billete muestra el escudo auténtico de la ciudad, de origen medieval: cuatro cuarteles con dos cruces de Sant Jordi, y los cuatro palos de la enseña condal distribuidos entre dos cuarteles y no reunidos en un doble cuartel, según impusieron recientemente los concejales de ERC contemporáneos para hacerlo coincidir con el escudo oficial de Catalunya.
4 comentarios:
Ergo.....no les votaré, no ?.
En cualquier caso, de su análisis me sorprende algún detalle. A determinados candidatos del PSC les llama "nacionalistas" , mientras a los que presumiblemente ganarán las próximas eleciones muncipales en Barcelona ( CiU, Xavier Trias ), derecha catalanista, y a los que ganarán las generales, "española" . ¿ No habíamos quedado en que CiU era nacionalismo catalán, igual que el PP nacionalismo español ?. No entiendo nada.
Ximo, del voto ya hablaremos. En todo caso es asunto que debe resolver cada cual.
Que hay un sector nacionalista catalán en el PSC, es indudable. Ellos prefieren llamarse catalanistas, adjetivación que en un tiempo lograron extender a todo el partido como seña de identidad "indiscutible" y hoy está fuertemente cuestionada.
Un día habría que hablar extensamente sobre catalanismo y nacionalismo: en síntesis, podría decirse que el catalanismo no es más que un artificio verbal con el que se encubren los nacionalistas catalanes a quienes da vergüenza reconocerse públicamente como nacionalistas. Sucede que el
catalanismo permite intensidades diferentes en el fervor patriótico, en tanto definirse como nacionalista resulta mucho más directo y comprometido.
Por lo que hace a CiU, y en lo que respecta a la cuestión nacional, los posicionamientos internos en ella abarcan un espectro político en el que caben sectores que van desde el puro regionalismo español al independentismo pancatalanista. "Derecha nacionalista" sería pues una apelación casi injusta, en la medida en que en CiU el nacionalismo catalán es para una parte importante de sus dirigentes y seguidores más verborrea que otro cosa; sus intereses económicos y políticos pasan históricamente por hacer de España su mercado cautivo, no en balde desde el siglo XIX vienen defendiendo el proteccionismo. En realidad no quieren romper con España sino convertirla en su patio trasero dependiente, y no solo económicamente.
Derecha catalanista sería una definición más cómoda y acaso más exacta para CiU, en la medida en que el catalanismo es tan vaporoso e inconcreto que como digo permite la adhesión a él tanto del "regionalismo catalán bien entendido" de sectores del PP catalán hasta el nacionalismo no ya independentista sino directamente imperialista de los pancatalanistas más radicales.
Un saludo.
Sea como fuere, Joaquim, yo, desde mis limitaciones analísticas me considero catalanista y no nacionalista. Y sí, posiblemente sea una cuestión de grados, pero los que así nos declaramos, no tenemos porque hacerlo por timidez a declararnos otra cosa. Quizás si Catalunya fuera un estado, en lógica, como ahora ocurre con España, un catalanista seria el equivalente a un españolista, es decir, un ultra de derechas, a menudo xenófobo y chovinista, pero de momento, y más allá de consideraciones casi más propias de tesis doctorales, todo el mundo entiende que, un catalanista, aunque no lo descarte, en su objetivo no está la independencia, mientras que un nacionalista si. En ambos casos se consideran pertenecientes a una entidad propia y exclusiva, eso si.
Para entendernos y a modo de ejemplo, Joaquim. Miquel Iceta (vicesecretario general del PSC ), creo que se define como catalanista y no creo yo que sea para encubrir su nacionalismo. Simplemente que no lo es. Lo que no sé es si, ante una ineludible disyuntiva, se decantaría por el nacionalismo catalán o el español. Pero eso es otro tema.
Finalmente, me sorprende sobremanera que se vean tantos nacionalistas en el PSC cual teoría de caverna mediática madrileña, cuando en Catalunya gobernaba el demonio nacionalista del tripartito. Me parece tan poco riguroso, sino es desde posiciones interesasas y contrappeuestas, como cuando se les acusa de sucursalistas del PSOE. Ni tanto ni tan calvo.
Como tú dices en materia de nacionalismo todo es cuestión de grados, pero en fin, dar carta de naturaleza a superestructuras ideológicas comporta ciertos -o bastantes- riesgos, sobre todo cuando a continuación uno se declara de izquierdas. De todos modos ya se sabe que las contradicciones son cosa inherente a la condición humana, y que todos cargamos con las nuestras.
En lo que respecta específicamente al catalanismo, algo no funciona en él -o según como se mire, funciona estupendamente como coartada- cuando puede definirse como catalanista un señor del PP catalán y un señor del independentismo nacionalista más radical; ambos son catalanistas, si bien en diferente grado (o quizá no... todo depende del momento histórico y las circunstancias) Cuando una ideología sirve para un barrido y para un fregado, malo, malo.
Lo que no puede ser es que aquí andemos todos "juntos y manoseaos" (como dice el tango Cambalache) en el dichoso catalanismo. Las ideologías interclasistas son eso: engaños de la burguesía para mejor pastorear el rebaño.
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