sábado, 4 de septiembre de 2010

Tony Blair presenta las memorias de un criminal de guerra

A Tony Blair las cañas se le están tornando lanzas. Dice El País hoy que "Una lluvia de huevos y zapatos ha recibido a Tony Blair cuando el ex primer ministro británico acudía esta mañana a la firma de ejemplares de sus memorias, A Journey (un viaje) en una céntrica librería de Dublín". Lamentablemente ninguno de los inofensivos proyectiles alcanzó al probable escritor y seguro criminal de guerra.

En los últimos tiempos arrecian las críticas en todo el mundo y especialmente en Gran Bretaña contra este lacayo santurrón de la agresión imperialista neocon. No sólo por el crimen que fue la invasión de Irak y su apoyo sin fisuras a la política criminal de Bush llamada Cruzada Internacional contra el Terrorismo -en la que como es sabido, colaboró asimismo el expresidente español José María Aznar-, sino también por el alcance escandaloso de los oscuros negocios de este individuo, cuyo patrimonio crece en los últimos años a un ritmo vertiginoso.

A Tony Blair por cierto, se le acaba de "suicidar" hace unas semanas uno de los inspectores británicos de armamento que denunció sobre el terreno en su día la mentira de las famosas armas de destrucción masiva iraquíes, y que desde entonces apuntaba a Blair como uno de los responsables de la fabricación de falacias que pretendían hacer inevitable la guerra. Ya en los prolegómenos de aquél conflicto, al entonces primer ministro británico se le "suicidó" otro reputado experto en cuestiones armamentísticas que había dejado públicamente a Tony Blair como el embustero que es. Y es que el crimen de Estado en Gran Bretaña tiene una larga tradición, incluso desde mucho antes de que el médico de la familia real destripara una tras otra a un grupo de prostitutas de White Chapel por orden de su soberana la reina Victoria, allá por los finales del siglo XIX.

Los manifestantes de Dublín presagian que las firmas públicas del libro pueden convertirse para Tony Blair en un considerable viacrucis, en el que va a tener que verse retratado públicamente como quien es y no como él se presenta. Blair es lo suficientemente joven para augurarle que vivirá lo suficiente como para que llegue un día en el que habrá de sentarse en un banquillo judicial, británico o internacional, y tendrá que responder por sus nada presuntos crímenes. En ése sentido, A Journey, su libro, no es más que un pobre intento de difundir una versión de los hechos ajena a la realidad, una pieza de descargo que se pretende exculpatoria y que al parecer, si se lee bien, le deja como un sicario entusiasta de quien entonces era el Emperador del Mundo y su corte de bufones a sueldo, incluido un tal Aznar López, el mismo individuo que pretendió comprar la medalla del Congreso de EEUU con dinero público español entre otras hazañas de similar jaez.

El miércoles próximo, Blair repite presentación en una librería de Londres. Veremos cómo le va.


4 comentarios:

Sergio dijo...

"es que el crimen de Estado en Gran Bretaña tiene una larga tradición, incluso desde mucho antes de que el médico de la familia real destripara una tras otra a un grupo de prostitutas de White Chapel por orden de su soberana la reina Victoria, allá por los finales del siglo XIX."

Como sabes, entro casi todos los días a tu blog, si bien no dejo comentarios siempre. Sin embargo esta afirmación tuya me ha sorprendido, ya que según tengo entendido la identidad de Jack the Ripper aún se mantiene como desconocida por lo que me gustaría saber en que te basas para hacerla.

Por otra parte, los crímenes de estado son cosa habitual en todos los gobiernos del mundo, desde los soviéticos a los ahora rusos, los argentinos, uruguayos, chilenos (el caso Letelier), todos han cometido crímenes de este tipo.

Y, finalmente, desconocía la historia de los dos asesores suicidados contra su voluntad, según entiendo entre líneas, y me gustaría que hicieras un post de ellos o, si ya lo has hecho, me facilites el link para poder leerlo.

Por lo demás, magnífico post.

Un abrazo.

Anónimo dijo...

¡Ojalá los tres miserables asesinos y sus seguidores mas íntimos, (los que les apoyaron) se vean alguna vez en la carcel!.
Aunque no va a ver sitio para tanto miserable.
Aquí casi todos los del PP. y en Gran Bretaña y EEUU. idem de idem.

¿Qué es eso que apuntas del mádico "destripador" de prostitutas por orden de la reina Victoria?. Es la primera vez que oigo se involucra a la reina aunque no me sorprende, todos son iguales o muy parecidos.

Marian

Joaquim dijo...

Respecto al tema de Jack el Destripador, ya en los mismos momentos de los hechos la policía de Londres apuntó a círculos relacionados con Palacio, hasta que se frenó todo. A lo largo de cien años se ha escrito de todo sobre este asunto, y se han hecho películas y documentales que apuntan, con variantes, a lo que sintetizaré:

White Chapel era el barrio más miserable de Londres, y estaba lleno de putas baratas, que no era raro tuvieran clientes d ela alta sociedad que practicaban con ellas el sexo que en los ambientes puritanos era inimaginable. El príncipe de Gales, que era un putero de cuidado, tenía relaciones secretas con una puta de ese barrio, una chica muy joven, irlandesa y católica, a la que dejó embarazada. Como el príncipe no tenía herederos, de nacer el niño se convertía autmáticamente en sucesor suyo. Enterada Victoria, ordena a su médico personal que liquide al niño antes de que nazca y por supuesto, a la madre. Para disimular o callar bocas, se mató asimismo a 3 ó 4 putas más relacionadas con la amante del príncipe de Gales.

Otra versión apunta a que el príncipe y la puta irlandesa se habían casado en secreto por el rito católico, lo que se convertía en una bomba incendiaria directa contra la Monarquía británica.

Otra versión alternativa, y a mi modesto entender la más plausible, es que la muerte de las prostitutas se debió a un acto de venganza del príncipe de Gales, contagiado de sífilis por una de ellas (de hecho parece que murió de esa enfermedad no muchos años más tarde). Al no saber exactamente cúal era la causante de su mal las hizo matar a todas, o quizá las mató por rabia de que una de ellas le hubiera contagiado y la emprendió contra las otras simplemente por ser amigas de ella o practicar el mismo oficio.

La policía puso cerco a un cochero al que se había visto frecuentar el barrio y al que señalaban como el individuo que se llevaba a las chicas. Otros hablaban de un caballero bien vestido. Nunca se detuvo a nadie por este caso.
LO cierto es que los crímenes pararon de repente, la investigación se cortó en seco, algún inspector de policía tuvo muchos problemas en su carrera, y el médico real se esfumó en la niebla de Londres.

Si se dan una vuelta por Internet, seguro que encuentran material sobrado sobre esta historia.

Joaquim dijo...

Respecto a los expertos británicos en control de armamento con una extraña pulsión por el suicidio, un día de estos prepararé un post. Habrá que dar una vuelta por Internet y por post míos anteriores, pero hay buen material, al menos para la perplejidad.

Ah, y hablando de muertes que cantan más que una prima donna, ahí está la de la pobre Lady Di, oportunamente estrellada contra un pilón de cemento en un paso subterráneo de París mientras viajaba en un coche conducido por un chófer borracho y drogado, que resultó ser un muñeco manejado de antiguo poor los servicios secretos británicos. Recuerdo un documental francés que vi en TV3 hace unos años que tras reconstruir el accidente, hablar con testigos y seguir la investigación policial francesa (manipulada en las pruebas y apresuradamente cerrada), apuntaba directamente a lo más alto en el United Kingdom. Y es que de todos es sabido que Dodi le acababa de pedir matrimonio hacía unos días y que ella había aceptado (de hecho se lo dijo a sus hijos durante las vacaciones, y ellos estuvieron de acuerdo con la boda; fue a través de ellos como se enteró la reina Isabel).Además, parece que Diana estaba estaba embarazada de Dodi. ¿Se imaginan a Harry, futuro rey de Gran Bretaña, teniendo un hermanastro musulmán y una madre (¡reina-madre, Dios mío!) que probablemente se habría convertido a esa religión?. Pobre Lady Di.