lunes, 9 de noviembre de 2009

Dejen en paz de una vez a los ricos



Hoy pensaba hablarles de las razones que llevaron a que en tal fecha como ésta pero de hace 20 años, el muro de Berlín se fuera al infierno por sí mismo y con él la mierda de sistema político que lo alumbró y al que protegía. También de cómo el pasado fin de semana ese verdadero muerto viviente que es el Partido Comunista de España (PCE) ha cooptado un nuevo secretario general, un pobre diablo cuyas luces parecen aún más escasas que las de su antecesor en el cargo -que ya es decir-, pero que posee un estupendo apellido de superhéroe que parece tomado de un tebeo de la editorial Marvel yanqui. Bromas de la Historia, ya ven.

En lugar de eso voy a hablarles de un señor muy fino y elegante, al que acabo de leerle una entrevista en la contraportada de El País que por poco me corta la digestión. El señor fino y elegante se llama don Juan Suárez de Figueroa, y ya en el titular de la entrevista dice esto: "En este país se está estigmatizando a los ricos". ¡Y qué razón tiene don Juan Suárez de Figueroa!. Si es que en este país al que unos llaman "Estado" y otros simplemente "Paña", ni Dios deja en paz a los ricos; fíjense que hay quien hasta pretende que los ricos españoles empiecen a pagar impuestos. Un acoso, realmente.

Y no crean que la opinión de este señor vale igual que la de cualquier mindundi, incluido este su seguro servidor. El señor Suárez de Figueroa sabe de lo que habla. Presidente de A&G Fondos, este hombre se dedica a gestionar dineros que otros le entregan para que él les haga aún más ricos de lo que son. El señor Suárez de Figueroa es pues un hombre generoso y desprendido, interesado sólo por el bienestar de sus semejantes ricos. La empresa del señor Suárez de Figueroa tiene la calificación triple A, la máxima nota que puede recibir en el mundo mundial un gestor de fondos. O sea que el señor Suárez de Figueroa (¿vieron que apellido de Conquistador?) está profesionalmente cualificado para desempeñar la actividad que realiza con la misma solvencia que, pongamos por caso, un Madoff.

Al señor Suárez de Figueroa le gustan los retos difíciles. Viene a decir que a él lo que le da morbo son los crash bursátiles, y que lo que ha aprendido es que "los mercados mutan". ¡Pardiez, y los meapilas fundamentalistas negando la teoría de la evolución! Dice el señor gestor de fondos con apellido de recio Descubridor que "no vale de nada intentar predecir qué van a hacer las Bolsas. Sólo funciona adaptarse a ellas". Dicho en cristiano: olvídense de intentar entender los mecanismos del sistema, y limítense a disfrutar de las oportunidades que ofrece a las aves rapaces asesoradas por empresas que tienen la triple A (por cierto ¿les suenan esas siglas? ¿será simple coincidencia o pura fijación en el servicio a los más ricos?).

De todos modos no crean que Suárez de Figueroa carece de corazoncito y sea inmune a las emociones, ni muchos menos. El 11-S, por ejemplo, parece que le supuso una "experiencia laboral difícil". De la experiencia laboral que tuvo el 11-M madrileño no dice nada, quizá porque dado que los atentados de ese día afectaron exclusivamente a trabajadores, inmigrantes y otros parias por el estilo quedaban fuera del radio de sus preocupaciones. En fin que según confiesa este experimentado gestor de fondos ajenos, hay momentos en los que se pone difícil pensar en "rentabilidades". Pero no se preocupen, el señor Suárez de Figueroa tiene la receta para hacer frente a esos momentos desde la altura de miras propia del profesional que es: "Hay que dejar las emociones al margen. Como los militares debemos cumplir nuestra misión". Con dos cojones, sí señor.

Por cierto, el señor Suárez de Figueroa gestiona también Sicav, esos vehículos financieros que permiten fiscalidades opacas a los muy ricos. Es decir, nuestro gestor triple A es especialista en el instrumento legal más usado por los que todo lo tienen y que aún así se empeñan en defraudar fiscalmente cuanto pueden. Aunque él lo ve de otro modo: "Hay mucha demagogia. En este país se está estigmatizando a los ricos", dice el señor Suárez de Figueroa. Ya se sabe, la envidia es un verdadero deporte nacional en el Estado español (o Paña, si prefieren), los pobres son así de cabrones. Y prosigue: "Parece que haber acumulado un patrimonio alto es un insulto. Detrás de estas personas hay historias de trabajo y esfuerzo". Bueno, mi abuela solía decir que nadie se hace rico trabajando, pero si el señor Suárez de Figueroa dice que llenándose los pulmones de plaguicidas bajo una carpa de plástico en un invernadero de El Egido uno llega a rico, pues habrá que creerle; al cabo, él es el experto en ricos y mi abuela fue simplemente una campesina pobre.

Naturalmente el señor Suárez de Figueroa tiene muy claro cúal es su papel en esta historia: "Nos pagan para tener un plan B", dice. Y también: "No contratan mis servicios por tener la razón, sino por hacer ganar dinero a mis clientes". Así da gusto, con profesionales como el señor Suárez de Figueroa todo queda meridianamente claro.

Lo que se debe haber reído el señor Suárez de Figueroa cuando haya oído el primer discurso del pardillo que acaban de poner al frente del PCE.

4 comentarios:

Anónimo dijo...

Excelente comentario.
En efecto, es de la triple A dá que pensar.
Pues si este señor es especialista en planes B, ¿ a qué esperan para contratarle en el PP ? El cargo de tesorero le vendría como anillo al dedo.
Yo tambíén echo de menos tus intervenciones en donde ya sabes. Nadie es imprescindible, por supuesto, pero todos aportan y entre todos se hace camino.
luchino.

Sergio dijo...

Es evidente que lo que llamamos "Democracia" es otra cara de la vieja forma de hacer que los que menos tienen paguen los costos operativos del Estado, costos operativos que incluyen subvenciones y otras dádivas para los que más tienen.

Sé que el dicho dice que las cosas dependen del cristal con que se mire, más a mí me resulta tan evidente que un sistema que permite que gran parte de la humanidad se muera de hambre, y muchos de esos muertos de hambre viviendo en los países más ricos del mundo, es injusto.

Pues, nada, un abrazo.

Anónimo dijo...

jajaja Joaquim, es una joya tu post de hoy.

A este Figueroa triple A, deberia dársele un premio por su sinceridad. Y otro, por tener que aguantar que los que no somos tan importantes como él, seamos tan osados como para desear que paguen impuestos y desaparezcan los paraisos fiscales.

Y es que los pobres quieren que se reparta un poco de sus riquezas y de las de sus amigos, ¡como si todos fuéramos iguales!. El dios de Rouco y el suyo (que sin duda es creyente como casi todos los ladrones de alto copete) tiene sus elegidos. Y los demás lo que tenenmos que hacer es resignarnos porque si no tendremos condena eterna. Además de en esta vida en la otra. Que otra cosa no habrá, pero justicia del Sumo Hacedor y de los jueces amigos, mucha.

Saludos
Marian

Joaquim dijo...

El descaro de los ricos y de sus esbirros da qué pensar. En los últimos años han perdido cierto temor a exhibir en público sus opiniones, en la medida en que ahora se creen legitimados por la evolución del mundo (recuerden el fin de la Historia y el advenimiento del triunfo total del capitalismo, según el "profeta" Fukuyama).

La verdad es que si pueden obrar así, es debido principalmente a que enfrente de ellos no hay (casi) nada. La culpa es nuestra, en última instancia.

Gracias a todos una vez más por su participación.