miércoles, 1 de diciembre de 2010

Wikileaks documenta la sumisión española ante el Imperio USA



Los documentos sacados a la luz por Wikileaks que viene publicando un "pool" de reputados diarios europeos y norteamericanos, están mostrando en lo que a España respecta un perfil estremecedor en las relaciones entre dos estados presuntamente soberanos. En la realidad, la sumisión de los aparatos del Estado español con respecto al Imperio yanqui que evidencian esos papeles resulta ofensiva incluso para quien como un servidor de ustedes, carece de siquiera una brizna de sentimiento nacionalista. La cosa va mucho más allá de sentimentalismos heridos e incide directamente en el terreno de los comportamientos puramente delictivos, con políticos, jueces, fiscales y periodistas conspirando desde hace años para beneficiar intereses norteamericanos en perjuicio de los propiamente españoles.

Ya no se trata sólo de que personas a sueldo del erario público español maniobren para sabotear aquellas causas judiciales abiertas como consecuencia de que ciudadanos españoles en particular o seres humanos en general sean perseguidos avasallados, torturados o asesinados por los secuaces del Imperio. Lo verdaderamente escandaloso hasta la obscenidad es que haya actores principales de los aparatos del Estado español que según documenta Wikileaks se ofrecen, obsequiosos, al próconsul/embajador en Madrid para cometer accciones delictivas tan de libro como la prevaricación; sin descartar la corrupción, pues la experiencia nos dice que estos favores nunca se hacen gratis. Total, que tenemos un personal en los aparatos del Estado más propio de una república bananera centroamericana que de un país integrado en la Unión Europea desde hace un cuarto de siglo.

Así por ejemplo, según esos documentos hay una nutrida representación del poder judicial español interviniendo para paralizar o liquidar la acción de la justicia en casos como el asesinato del camára de Tele5 José Couso, cometido por tropas norteamericanas durante la invasión de Irak, la investigación de los Vuelos de la CIA transportando secuestrados a Guantánamo y otras cárceles secretas que hacían (¿hacen?) escalas "toleradas" en España, y las actividades criminales llevadas a cabo por el Ejército y los servicios llamados de inteligencia norteamericanos en Guantánamo contra los allí secuestrados. En los papeles que está publicando El País leemos por ejemplo como el Fiscal General del Estado, Conde-Pumpido, y el Fiscal jefe de la Audiencia Nacional, Javier Zaragoza, se comprometen a dar carpetazo a estos asuntos (Conde-Pumpido) o a evitar que alguno de estos casos caiga en manos del juez Garzón (Zaragoza). Sin olvidar a Fungairiño, aquél fascista que ejerció de Fiscal General del Estado a las órdenes del entonces presidente Aznar. A Fungairiño la Embajada norteamericana le califica como un "gran colaborador" suyo desde hace mucho tiempo. Es obvio el significado último del término colaborador cuando es usado por servicios de inteligencia: traducido a román paladino, lo que en las películas antiguas se llamaba un traidor a su Patria, puesto al servicio de una potencia extranjera por interés económico o por ideología.

Luego están las broncas del embajador yanqui de turno a ministros, secretarios de Estado y hasta al propio Zapatero en persona. "Estoy perdiendo la paciencia con la postura española en la guerra de Irak", le brama el procónsul de Bush en España, el cubanoyanqui Eduardo Aguirre, a un asesor diplomático de Zapatero. La presión sobre el Gobierno español se revela continua y en ocasiones, asfixiante. El más mínimo gesto del gabinete es examinado con lupa, informado y convertido en munición no ya contra los movimientos españoles en política internacional sino en el manejo gubernamental de asuntos puramente internos. Intrusiones que son llevadas a cabo sin ningún rebozo, con chulería incluso. Lo peor con todo es el papel vicario que sus interlocutores asumen de grado o por la fuerza, reconociendo de facto y a veces explícitamente que los intereses de su país deben quedar subordinados a los intereses y necesidades de EEUU. Este servilismo infame de los aparatos del Estado español y singularmente del judicial y del político, debería motivar dimisiones en cadena desde ya mismo. Pero aquí no dimite ni Dios, antes bien la mayoría de afectados se están acogiendo con todo descaro al "yo no he sido", aunque nos estén enseñando copias de cables obtenidos de los mismos servicios diplomáticos/espionaje norteamericanos que demuestran que sí han sido ellos.

Llama la atención el silencio sepulcral del Partido Popular sobre este asunto. Y es que naturalmente, a medida que vaya saltando a la prensa la nómina de jueces, políticos, empresarios, periodistas y demás esbirros a sueldo de los servicios secretos yanquis, muchos en el PP y aledaños van a tener motivos para maldecir a Wikileaks.

5 comentarios:

Celemin dijo...

Ya somos dos los que argumentamos lo mismo. Si tu y yo que mantenemos posiciones políticas diferentes (aunque a veces muy cercanas) lo vemos con tal claridad, no entiendo que la prensa no lo haga. A no ser claro que ya lo supieran y tengan también que callar.
Este mundo se está convirtiendo en un camión de la basura y un servidor ya no aguanta el hedor.

Salud, amigo

Anónimo dijo...

¡Buen análisis!.
Limpio y claro.
Ya andan por ahí diciendo que todos los documentos de Wikileaks son falsos.
Unos lo dicen porque les gusta darse por enterados y porque hay que sospechar de todo. Se sienten así mas inteligentes.
Otros lo dicen porque les conviene al quedar con el culo al aire.
Yo siento vergüenza de tener unas Instituciones Españolas tan serviles, pero me alegro que haya personas capaces de airear las hipocresias y bajezas de los que gobiernan. Aunque esta persona se está jugando la vida.
Un abrazo
Marian

JMBA dijo...

La mayoría de documentos ahora filtrados por Wikileaks y publicados por El País son internos. Y ¿a quién no se le ha escapado alguna vez en un documento interno, o en un e-mail a un colega, algo del tipo "y ese gil..... de Morales (un decir) que se vaya poniendo las pilas"?. A Morales no se lo diríamos a la cara.

Por ello, el tono de los documentos me parece irrelevante. Y en cuanto al fondo, si aporta pruebas de prevaricación, por ejemplo, incóese el correspondiente expediente o lo que sea.

De todas formas, a ciertos c........ más vale tenerlos de amigos, porque de enemigos, te fumigan.

Es lo que hay.

Un Saludo, Joaquim
José María

Joaquim dijo...

El problema José María, es quién va a incoar el expediente, si son ellos mismos los que presuntamente prevarican poniéndose a las nada presuntas órdenes de una potencia extranjera.

Y ciertamente, como decía Felipe González hace un par de días, el 90% de estas cosas están en las hemerotecas, se saben de hace tiempo. Todos conocíamos ya que a Couso lo asesinaron soldados norteamericanos que recibieron órdenes superiores de sacar de Bagdad vivos o muertos a los periodistas presentes durante la invasión que no fueran "empotrados" en las tropas de EUU, y sabíamos también que desde instancias judiciales españolas se trabajó y se trabaja intensamente para enterrar el asunto. Ocurre que ahora están saliendo a la luz los documentos fehacientes que lo prueban, y que además el tipo de relación que muestran entre las partes compinchadas es la existente entre amo y perro, con el procónsul del Imperio en Madrid en el papel de señor que tira de la cadena del chucho. Esa es la diferencia; notable diferencia, vive Dios.

Un saludo cordial.

Anónimo dijo...

A mí lo que mas me cabrea del asunto ( bueno, no sé si lo que más, todo él es, desde luego, muy cabreante ), es la reacción de las autoridades norteamericanas, en pocas palabras, matar al mensajero.
¿ Las revelaciones ponen en peligro vidas humanas ?
Ya, pero invadir países, apoyar dictaduras, derrocar gobiernos democráticamente elegidos, eso, por lo visto, no. Manda huevos, que diría Trillo.
luchino.