Hace 120 años se celebró el primer 1 de Mayo en España. En aquella ocasión las masas obreras desfilaron por por las calles de Barcelona, y el señor gobernador militar de la plaza salió al balcón a saludar a los manifestantes, que le respondieron con aplausos. Poco duró tanta armonía y fair play. Durante décadas las manifestaciones obreras fueron prohibidas en España: a veces eran disueltas por el Ejército a balazos, los sindicalistas resultaban salvajemente apaleados por la policía en la calle o en comisaría, y los activistas más destacados solian ser asesinados a tiros por pistoleros pagados por las organizaciones patronales. Desde el interior de algunas iglesias había costumbre de abrir fuego de escopeta contra los cortejos obreros; seguramente era un método piadoso de acortar sus sufrimientos en este mundo, a fin de que pudieran gozar antes de las ventajas del Paraíso cristiano.
En 1931 llegó la Segunda República y con ella el 1 de Mayo se convirtió en fiesta oficial. A partir de 1939, y con el triunfo de los militares rebeldes de Franco, los primeros de Mayo se volvieron a teñir de prohibiciones gubernamentales y de sangre obrera derramada. Más tarde el Régimen intentó travestizar la fecha convirtiéndola en la fiesta de San José Artesano, patrono de los "productores" (eufemismo franquista para nombrar a los trabajadores), convirtiendo además el estadio del Real Madrid en escenario de "Demostraciones Sindicales" (bailes folklóricos regionales) realizadas por el Sindicato Vertical único fascista. En los estertores del franquismo, cuando el clamor obrero en la calle ya era inocultable, llegaron a moverse jornadas del Campeonato de fútbol español del domingo al día de la semana en que cayera el 1 de Mayo, como medio de desviar la atención de las masas, Nadie me contó todo esto, lo he vivido yo y lo recuerdo perfectamente.
Con la democracia el 1 de Mayo fue perdiendo fuelle y convirtiéndose en un día festivo más, en el que si hace buen tiempo muchas familias aprovechan para salir de la ciudad en busca de descanso y esparcimiento. Las manifestaciones del 1 de Mayo se volvieron más escuálidas en participantes año tras año; sólo la reconversión industrial de los años 80 les devolvió cierto protagonismo momentáneo. Ha tenido que ser finalmente la crisis financiero-especulativa actual, con su cohorte de cierres empresariales y despidos masivos de trabajadores la que revitalice esta jornada, hasta devolverle parte de su antiguo esplendor y combatividad.
Y es que este año en los desfiles del 1 de Mayo ha habido de nuevo mucha gente, y además muy enfadada. Más de 50.000 personas en Barcelona, otras tantas en Madrid, 25.000 en Valencia y otras decenas de miles de manifestantes por todo España, han devuelto al 1 de Mayo protagonismo informativo. Motivos hay sobrados, pues los mismos bandidos que han provocado la actual situación robando sumas increíbles tienen ahora el atrevimiento de exigir a través de sus manporreros políticos que el Estado les resarza de sus supuestas "pérdidas", y que además disminuya los presupuestos destinados a sostener los servicios públicos; está claro que estos ladrones avariciosos lo quieren todo para ellos, aunque para lograrlo haya que hundir el Universo entero. Como decía hoy Fernández Toxo, líder de CCOO, no puede permitirse que el Banco Central europeo preste a los bancos dinero al 1% de interés, y en cambio exija el 5% a Grecia; es sólo un ejemplo de cómo están operando los fabricantes (y beneficiarios) de la crisis.
No sólo en España los trabajadores se desperezan. Esta mañana, en Atenas, cientos de miles de jóvenes y parados han obligado a los antidisturbios griegos a que sudaran el sueldo que cobran; en Hamburgo y Berlín miles de antifascistas alemanes han cerrado el paso a marchas de provocadores nazis; en Bangladesh han sido las mujeres obreras las que han encabezado manifestaciones masivas, que han teñido con el rojo de sus banderas las calles de Dacca; y en fin en Turquía éste ha sido el primer 1 de Mayo legal después de muchos años, un triunfo conquistado con su sangre por los trabajadores turcos.
Lamentablemente, en Cuba ha habido otro año más el mismo desfile de siempre, perfectamente organizado y encuadrado para ser filmado y mostrado al mundo. La Demostración Sindical con vivas al Caudillo a la que me refería antes, en suma. También ahí tienen pendiente los trabajadores conquistar la calle para sus reivindicaciones.
La ilustración pertenece a La Alcarria Obrera, y muestra una manifestación de trabajadores en las calles de Guadalajara en 1918. Niños y adultos marchan bajo banderas rojas sin emblemas, distintivos ni siglas.
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