Dos futbolistas profesionales del FC Barcelona, Zlatan Ibrahimovic y Gerard Piqué, fueron captados esta semana mientras hacían manitas junto al coche del sueco, en las cercanías del estadio del Nou Camp. Nada había de escandaloso en la pose, que parece más bien romántica y desvela un punto de sensibilidad sorprendente en dos supuestos gladiadores de los estadios. Hasta aquí, nada que decir: por mí como si se casan, que en España es posible; total, no iban a invitarme a la boda...
Luego han venido las reacciones a una fotografía que dio la vuelta al mundo en pocas horas. Lo que llama la atención no es tanto la furiosa de los interesados -que han defendido su "hombría" a grito pelado y con insultos de grueso calibre contra quienes a la vista de la imagen, sostienen que ahí hay algo más que compañerismo de vestuario-, sino sobre todo por parte de los medios, sean "serios" o prensa deportiva; todos han protegido a los protagonistas con un espectacular sudario de silencio. Y es que buena parte del éxito popular del fútbol-espectáculo radica en que supuestamente se trata de un "deporte de machos" de cuya práctica profesional están excluidos los maricones.
Repito que si el dúo de la foto son parejita homosexual, bisexuales echando una canita al aire o simplemente cariñosos compañeros de orgías propias de machos -ya saben, esas a las que tan aficionada parece ser la plantilla del eterno rival, el Real Madrid-, es cosa de ellos y allá se las compongan. Pero estaría bien que se rompiera de una vez un tabú estúpido y reaccionario: ése que dice que en un vestuario de futbolistas no puede haber un homosexual, cuando sabemos por el contrario, que es precisamente en los grupos cerrados de hombres solos (véanse curas y militares), donde los porcentajes de homosexuales ejercientes o reprimidos superan la media habitual en el resto de la población.
6 comentarios:
Celemín dice:
Laa verdad Joquim es que no creo que todos esos trogloditas que hacen del fútbol la única razón por la que son capaces de salir a la calle, vieran con buenos ojos que Piqué, Ibrahimovic o el propio Guardiola no seaan puritos machotes. Y menos todos los que ganan muchísimo dinero con ese deporte y por supuesto mucho menos aun los que saben que habiendo futbol pueden seguir robando impúnemente porque sus TDLC ya tienen distracción.
Yo por mi parte solo puedo decir que si se quieren, por mi, adelante con los faroles.
Salud, república y más escuelas
la pureza da un poco de asco, no? Nadie mejor que Nicolás Guillén para describir el humano y deseado estado de la pureza.
Me alegra que la gente se muestre en esas sutilidades, no precisamente hostiles aunq provoquen hostilidad. Ya está bien de cuerpos gloriosos y cánones imposibles y déspotas contra los seres humanos.
qué se besen! qué se besen! por favor! >:0]
El amor es lo que tiene, que como es irracional no admite reglas ni barreras ni Cristo que lo bendiga; aquí te pillo, aquí te doy un achuchón. Aunque igual se estaban repasando la manicura, vaya usted a saber.
Ahora, yo pagaría por haber visto por un agujerito la conversación entre Joan Laporta, el presidente del Barça, y estos dos chicos luego de que la foto apareciera en los medios del mundo mundial en menos de 24 horas. Seguro que Laporta no sería su padrino en una hipotética boda -:)
Lisistrata gracias por el enlace de la poesía de N.Guillén, me ha encantado, no la conocia y me parece muy oportuna,vale ya de tanto escándalo por un gesto tierno entre dos "machos" admitamos o simplemente tomemos con normalidad las expresiones efectivas de dos seres humanos sin cuestionar sus preferencias sexuales ¿a quién le importan? ¿a qué viene tanto morbo?¿en qué afecta a su trabajo?
Este debate me produce un poquito de asco.
¡Basta ya de tanto esteriotipo caduco!
Lo que todavia no comprendo es por qué el amor entre hombres significa para ellos mismos y los demás que son menos hombres.
Marian
Joaquim:
Lo escandaloso en este mundo de puteros (véase que hablo de "este mundo", no sólo de "ese mundo del fútbol") no es la homosexualidad sino el amor.
Creo.
Salud, República y más escuelas.
antoñito.
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