viernes, 22 de octubre de 2010

Ratzinger, vete al diablo


La visita a Barcelona del presunto representante de Dios en la Tierra será, además de un "gran negocio espiritual y económico", como reconocía con toda desfachatez un miembro de la jerarquía eclesiástica española hace unos días, una agresión directa al bienestar de los barceloneses en general y sobre todo de los residentes en el área en torno a la Sagrada Familia, esa aberración en hormigón que George Orwell propuso en su momento dinamitar.

Joseph Ratzinger, el ¿ex?nazi que llegó a Papa, y la turba que le acompaña caerán sobre Barcelona el fin de semana del 6 y 7 de noviembre. Su presencia supondrá que 17 manzanas del Ensanche barcelonés y alrededor de 10.000 personas residentes en la zona quedarán bajo un estado de excepción tan real como no decretado. Dice El País de hoy que en el perímetro afectado "se cortará el tráfico por completo a las dos de la tarde del sábado y hasta las seis de la mañana del lunes, día 8".

Peor que el corte de circulación es desde luego, el que "los movimientos de personas también se limitarán desde la medianoche del domingo o las siete -según la zona- hasta las personas invitadas a la dedicación de la Sagrada Familia y a los vecinos que acrediten que son residentes y comerciantes. El Ayuntamiento no ha explicado cómo se podrá demostrar que se es residente en los casos en que la documentación -DNI o carné de conducir, por ejemplo- refleje otra dirección, algo bastante corriente", continúa El País. Es decir, que los vecinos residentes en la Zona Cero de este verdadero atentado de masas deberán acreditar su condición de tales si quieren salir o entrar de su casa; menos mal que según la Cosntitución Española los ciudadanos de este país tienen total libertad de movimientos en él. Alucinante.

Las repercusiones sobre nuestros bolsillos tampoco son moco de pavo. En tiempos de restricciones económicas a todo trapo, con los sueldos de los funcionarios rebajados por decreto, el ayuntamiento barcelonés acaba de aprobar una partida de 350.000 euros para pagar horas extraordinarias de profesionales (Guardia Urbana, bomberos...) con motivo de la visita del Papa. Según El País, "el monto total que aportan las Administraciones es de 1,8 millones de euros, incluyendo 700.000 del coste de la retransmisión del periplo". Es decir, los ciudadanos españoles vamos a pagar incluso los derechos de transmisión televisiva de la visita de Ratzinger sin participar en los ingentes beneficios que se generarán a costa de la publicidad, que obviamente se repartirán entre los promotores y la jerarquía católica (recuerden la visita de Ratzinger a Valencia organizada por la trama de corrupción Gürtel, un caso que ahora está en los tribunales).

Sin embargo, Barcelona no es una aldea tercermundista sumida en el fanatismo de la patraña religiosa, ni la finca feudal propiedad de un puñado de granujas con sotana o traje italiano a la que se pueda sangrar económicamente con impunidad. El rechazo popular que debe cosechar esta visita ha de quitarles a sus instigadores las ganas de volver a organizar otra en tanto se tenga en pie la Sagrada Familia.

Atentos a las movilizaciones y a la campaña Jo no t'espero!.

2 comentarios:

JMBA dijo...

Yo trabajé muchos años en un edificio frente al Palacio Municipal de Congresos de Madrid, en el Campo de las Naciones.

En el Palacio se organizaban cumbres y congresos con cierta frecuencia. El colmo fue una vez que vino Clinton siendo Presidente de EEUU, en que teníamos que movernos con el DNI y una autorización especial en la boca, imposible aparcar el coche en la calle, y para tomar un café había que dar una vuelta de tres manzanas. Tuvimos que aguantar varios días la comitiva de dos o tres coches oficiales para cada Jefe de Estado, menos la de Clinton, que tenía al menos veinte vehículos traídos expresamente de los USA, incluyendo unas sospechosas furgonetas de cristales tintados, con agentes fornidos de camisa blanca, tirantes y gafas negras, y unas gruesas mangueras que se hundían en el alcantarillado.

Vivimos esos días en auténtico estado de excepción.

Mejor que pienses que quien viene es el Jefe de Estado de Ciudad del Vaticano, y te harás menos mala sangre.

Saludos.
José María

desencanto dijo...

Como siempre en la diana. He hecho el enlace, aprovechando los gastos del ayuntamiento. Estaré atenta a la convocatoria.