Hoy es 8 de marzo, Día Internacional de la Mujer Trabajadora. Bueno, al menos antes los 8 de marzo eran el día en que se conmemoraba la lucha de las mujeres trabajadoras por la igualdad y la emancipación de sexo y clase.
Pues resulta que ya no. Según los medios de masas y nuestros políticos de todos los colores, hoy se celebra el Día Internacional de la Mujer. Se les ha caído el calificativo "trabajadora", quizá porque como en la "economía de mercado" -antes sistema capitalista- ya todos somos clase media, habiéndose extinguido por arte de birlibirloque las clases trabajadoras y populares, pues eso, que no ha lugar a la existencia de mujeres trabajadoras y ya sólo hay mujeres a secas.
No piensen que la pérdida del calificativo es inocente, ni mucho menos. La desaparición del concepto "trabajadora" da mucho juego en orden a la promoción de la alienación colectiva de las conciencias. Permite por ejemplo, difundir la especie de que la abolición de la Ley Sálica y que por consiguiente, el que una hembra Borbón pueda llegar a reinar en España si nació antes que un varón Borbón, representa en sí misma un gran paso adelante en la igualdad entre los hombres y las mujeres de este país; como si el verdadero progreso en este terreno no fuera el abolir de una vez esa institución discriminatoria por definición para todos y todas que es la monarquía. O que la posibilidad de que una señora pueda ingresar en el Ejército español y llegar a ser general (generala, para ser políticamente correctos), significa per se un avance increíble en cuanto a la igualdad de oportunidades laborales entre hombres y mujeres, cuando en realidad es simplemente una forma de engrosar las filas de una institución reaccionaria, desprestigiada y con una carencia crónica de efectivos. Por ese camino tramposo y lleno de desfachatez algún alucinado puede llegar a intentar vendernos que la existencia de señoritas toreras (otra vieja profesión masculina y macha) o de mujeres en la dirección de ETA o de la Falange, son indicadores de cuánto ha avanzado la liberación de la mujer en España. Y realmente, si esos son los indicadores, significa que nos queda mucha mixtificación por desmontar y mucho trecho por recorrer en materia de liberación de la mujer y de su consideración en pie de igualdad real con los hombres.
Es así como en este Día de la Mujer (ex Trabajadora) se vienen dando premios a tutiplén a ejecutivas, empresarias, catedráticas, políticas con cargo y otras damas de traje-chaqueta y bolso a juego. Ni un ama de casa ni una obrera de cadena de montaje. Sin ir más lejos, en los premios "Rosa Manzano" de este año (los premios gubernamentales "de izquierdas"oficiales en materia de feminismo, para entendernos) se ha galardonado entre otras, parece, a una señorita guardia civil. Digo yo que si algunas antiguas feministas levantaran la cabeza igual les daba un soponcio, viendo en el estrado a la pizpireta civila.
Uno que como saben tiene pasión por nadar contra corriente de las tendencias que nos señala la "economía de mercado", quisiera recordar hoy aquí a algunas mujeres que lucharon durante muchos años y que en algún caso siguen luchando por los derechos de las mujeres trabajadoras, que obviamente son la mayoría de las mujeres aunque sigan tan excluidas que se haya decretado su extinción: Pienso en nombres históricos como Dolores Ibárruri, Margarita Nelken, Victoria Kent y Federica Montseny; pienso en las también fallecidas Carmen García Bloise (que luchó denodadamente dentro del PSOE por el reconocimiento político de las mujeres), Marta Mata (pedagoga que lideró en Catalunya durante décadas la lucha por la escuela pública, laica, catalana y no sexista), Maria Aurèlia Capmany (a cuyas órdenes tuve el honor de trabajar), y Pilar Brabo (un símbolo viviente para las jóvenes comprometidas durante la transición); pienso en "feministas radicales" y a menudo poco comprendidas, como Lidia Falcón y Empar Pineda, por suerte aún vivas; pienso en mujeres que protagonizaron durante décadas el cambio en esta materia y que hoy están apartadas de la vida política como son Paquita Sauquillo, Matilde Fernández, Amparo Rubiales y Lali Vintró; y pienso en fin, en mujeres desaprovechadas, confinadas en puestos políticos secundarios, como Carmen Alborch, Cristina Almeida y tantas otras cuya experiencia, sabiduría y capacidad ha sido arrinconada en beneficio de personas cuyo único bagaje personal y político es su sexo y edad.
Esas mujeres señeras y tantas y tantas otras compañeras anónimas son quienes han llenado de contenido a lo largo del tiempo este Día de la Mujer Trabajadora, y quienes merecen por tanto la gratitud y el reconocimiento de todos y todas quienes nos consideramos gentes de izquierdas.
2 comentarios:
Como siempre una reflexión perfecta. Muchas gracias por no caer en el tópico de la igualdad para hacer lo mismo que han hecho y hacen los que nos han negado nuestros derechos. Igualdad sí, pero para decir eso es una ...no me gusta, no quiero reproducir los mismos patrones, no, no me gusta. Saludos.
Me alegra leer su reflexión sobretodo por distinta a las que se suelen escuchar y esa intención tan saludable de ir contracorriente. Yo voy un poco más allá si me lo permite, yo odio, por tanto más q celebrar me indigno, el "el Día de la Mujer" sea trabajadora o trabajadora doble a 24 horas (q es lo q suelen la mayoría), igualmente odio "el día de los bosques", el de la 3ª edad", el de la infancia", "el de la constitución", "el de Andalucía", el "de la Tierra" y cuantos días señalados se inventen para lavar conciencias y engañar a la mayoría por simples. No hay un día del Hombre, ni del Empresario, ni de cualquier ser o institución q tenga poder para someter a todo ser o grupo de seres humanos.
Es por eso que paso de puntillas por días estúpidos como los de hoy que son excusa para actos polticastros, kilómetros de tinta y gastos de canapés y pasarelas de quienes nunca tendrán días porque todos los días son suyos.
El tiempo pasa lleno de violencia para la gente oprimida, pobres en general y si son mujeres, niños y ancianos mucho peor. Estos, siempre lucharon por sobrevivir en el mundo(ellas con doble enemigo por los varones cercanos)y sus voces fueron y son acalladas con violencia y hostilidad sin límites.
La Tierra, los animales en peligro de extinción, no tienen voz para la lucha, pero aunque la tuviera, a la vista de lo visto daría lo mismo, siempre estaremos por pobres, por niños, por ancianos, por mujer o por ser árbol o criatura de la naturaleza al servicio de los tiburones(dinero, política y religión), y cuando no se escuchan los clamores, llega la resignación y se procura, al menos, no llamar la atención para no ser fulminados o represaliados por varón,empresario, político o religioso.
Aún somos ciudadanas de 2ª en casi todo el mundo, mucho más cuando la igualdad la venden como ejercer con profesiones de violencia q no respetan la naturaleza protectora y dadora de vida q nos caracteriza como mujeres en vez de vender el respeto por ella darla al alza y procurar esa conciliación auténtica entre vida y trabajo para bien de nuestros hijos y de nosotros mismos.
Siento el rollazo, pero creo que aún no ha llegado el tiempo de la Lírica en la igualdad de género.
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