lunes, 29 de marzo de 2010

Jaume Matas y el PP balear, el delirio de los corruptos


Las revelaciones sobre el caso de Jaume Matas, ex presidente del Govern autonómico de Baleares y ex ministro de Medio Ambiente de José María Aznar, traspasan todo lo conocido en España en materia de corrupción de políticos, y eso en un país donde ya estamos curados de espantos en esta materia.

Del señor Matas vamos sabiendo estos días cosas tan increíbles como que compraba escobillas de baño a 300 euros la unidad; que Maite Areal, su esposa y futura compañera de banquillo judicial, llegó a pagar con un billete de 200 euros una lechuga que costaba 1 euro; que doña Maite vivía dominada por un verdadero frenesí consumidor de artículos de lujo, que la obligaba a comprar compulsivamente relojes de oro y joyas de elevado precio, siempre pagadas religiosamente con billetes de 500 y 200 euros; que a pesar de efectuar tales dispendios económicos, el matrimonio Matas sólo sacó 450 euros de sus cuentas bancarias en los últimos 5 años. Entre los pagos efectuados con esos 450 euros no figura desde luego un bello palacio renacentista en pleno centro de Palma de Mallorca, adquirido como residencia por la familia Matas-Areal y valorado en dos millones y pico de euros, por el que los Matas pagaron poco más de novecientos mil euros en mano y un billete encima de otro. Un delirio y un prodigio de desfachatez, ya digo.

Más allá de las miserias personales de esta gente, se van sabiendo cosas tan jugosas como que Fernando Areal, cuñado de Matas y ex gerente del Partido Popular (PP) balear, no es que llevara una contabilidad B del partido, es que cuanto afectaba a movimientos financieros relacionados con el PP lo gestionaba como pura caja B, según los fiscales de Anticorrupción del caso. De ahí salía por ejemplo, la financiación de las campañas electorales del PP en las islas Baleares.

En todo este muladar resulta imposible discernir dónde acababan los manejos de Matas en beneficio propio, y dónde comenzaban los que afectaban al PP. El propio Jaume Matas ha reconocido en su declaración ante el juez que manejaba dinero negro en cantidades de millones de euros, incluidas sabrosas comisiones que le llovían de todas partes incluido (presuntísimamente)un famoso promotor de espectáculos y productor televisivo. En la trama aparecen implicados también, además de políticos y empresarios, abogados, ejecutivos y la fauna habitual en estos casos.

La punta de este iceberg lo constituye el caso del Velódromo de Palma, un equipamiento deportivo cuya construcción sufrió un "sobrecoste" de 40 millones de euros, y cuyo primer responsable técnico fue despedido por haber presentado un presupuesto demasiado bajo. Como botón de muestra, para la pista del Velódromo se adquirieron maderas preciosas que nunca llegaron a instalarse, siendo substituidas por material tan defectuoso que la Federación Internacional de Ciclismo rechazó homologar la pista para competiciones deportivas; las maderas originales sirvieron, según es vox populi en toda Mallorca, como parquet para los suelos de los chalets de dirigentes del PP y sus amigos implicados en el monumental desfalco.

Con semejante tren de robo y lujo no es extraño que a Jaume Matas finalmente le hayan cazado a lazo, probablemente porque el caso es tan brutalmente escandaloso que resulta imposible de disimular. Alguien podría pensar que quien dejó tantas evidencias por el camino, en el fondo estaba deseando que lo encausaran; pues no parece que sea así, porque la verdad es que el hombre ha hecho lo posible para evitarlo. Sin ir más lejos, antes de declarar ante el juez, Matas intentó que el fiscal jefe de Baleares, que ya en 2009 había probado a bloquear lo inevitable, frenara a los dos fiscales Anticorrupción de Baleares obligándoles a obedecer sus "indicaciones"; la gestión del "amiguito del alma" fracasó porque los dos fiscales se negaron a ponerse a las órdenes de quien no es superior orgánico suyo. Y es que la cosa tiene ya tal dimensión, que ni los "amiguitos del alma" pueden resolverle la papeleta a Jaume Matas y al PP balear.

En la fotografía, Jaume Matas camina cabizbajo cerca de los Juzgados de Palma seguido de un "gorila", durante la segunda jornada de su declaración ante el juez instructor de su caso.

2 comentarios:

Gyoni dijo...

Hechos como estos hacen que las palabras dichas por José Bono la semana pasada cobren mayor relevancia cada día: los políticos son el colectivo más transparente y al que nadie supera en honradez, otras profesiones no superarían la prueba del escáner , eso si en sentido contrario a su fanfarronada afirmación.

Ahora mismo, en el blog de Gyoni: Más de lo mismo

Anónimo dijo...

Pués por lo visto ya están diciendo en todos los periódicos de derechas que no era de ideologia del PP. sino que era socialista.

¡¡Qué sinvergüenzas!!

¡¡Si levantara la cabeza su abuelo, que el pobre murió y fué destrozado por los fascistas!!...
El nieto arrastró por los suelos y enfangó el sacrificio y la memoria de su abuelo desde el momento que perteneció al partido popular y se convirtió tan corrupto como la cúpula de este partido.

Salud
Marian