Mientras continúa implacable el desmantelamiento de la Sanidad pública en Catalunya, comienzan a producirse los primeros fallecimientos relacionados con este desastre sanitario que adquiere ya perfiles de emergencia nacional. Hace escasamente un mes se denunció el caso de una mujer que tras sufrir un aneurisma fue paseada durante 65 horas por cuatro hospitales catalanes: Blanes, Trueta de Girona y Clínico y Vall d'Hebron de Barcelona, en ninguno de los cuales había quirófanos disponibles. Falleció seis días después, luego de ser finalmente intervenida en Vall d'Hebron. La familia ha puesto el caso en manos de los juzgados, al considerar que el colapso existente en los servicios sanitarios catalanes consecuencia de la política de recortes salvajes es el responsable del fallecimiento de esta persona, tal como les explicaron a los familiares los propios médicos del hospital de Girona, impotentes ante la falta de medios para cumplir su función.
No ha sido un caso aislado, sino el comienzo de una cascada que denuncias que ponen los pelos de punta. Un hombre de 51 años murió en Vall d'Hebron tras esperar durante días una prueba decisiva para determinar su dolencia; falleció de una hemorragia cerebral. Según El País de ayer la prueba solo la realizaron cuando empezó a sangrar por la nariz, seis días después de su ingreso en urgencias. Cristina, una chica de 28 años "ingresó en el hospital de Sant Pau (Barcelona) embarazada de 34 semanas con una infección abdominal que no pudo operarse de urgencia por problemas con el suministro eléctrico", cuenta el diario madrileño. El retraso fue de 30 horas, y provocó -presuntamente, faltaría más- la muerte del feto por infección.
Son solo los primeros casos denunciados. Habrá muchos más desgraciadamente, y ya veremos de qué parte se pondrá la justicia. Porque si estos casos van judicialmente hasta sus últimas consecuencias, los procesados deberán ser el Gobierno de la Generalitat en pleno con su Presidente y su conseller de Sanidad en cabeza, autores intelectuales del sabotaje contra la salud pública que se está llevando a cabo, sin olvidar desde luego a los gestores de esos hospitales públicos que son cómplices en la destrucción de los servicios cuyo funcionamiento está bajo su responsabilidad directa.
La opinión pública no narcotizada empieza a constatar el hecho de que el caos que se ha apoderado de la sanidad pública catalana no es fruto de la casualidad y ni siquiera de la mala gestión administrativa, sino la consecuencia directa buscada con premeditación y alevosía por un puñado de sinvergüenzas sin escrúpulos que están dinamitando a conciencia un servicio público esencial a fin de favorecer intereses privados en los que muchos de ellos participan activamente.
La opinión pública no narcotizada empieza a constatar el hecho de que el caos que se ha apoderado de la sanidad pública catalana no es fruto de la casualidad y ni siquiera de la mala gestión administrativa, sino la consecuencia directa buscada con premeditación y alevosía por un puñado de sinvergüenzas sin escrúpulos que están dinamitando a conciencia un servicio público esencial a fin de favorecer intereses privados en los que muchos de ellos participan activamente.
2 comentarios:
A por ellos. Denunciar en los juzgados por crímenes y por prevaricación es la única solución.
Con un par de sentencias contra los sinvergüenzas, se acabó el problema.
Con tu permiso, lo subo al firbuc.
Salud, amigo
Gracias Jesús, por ayudar a difundir esta queja.
Salud que no nos falte!
Publicar un comentario