La periodista Sandrine Morel tiene en "Le Monde" una columna quer titula "La España desencantada. Crónicas de un país en lucha con la crisis", que no suele tener desperdicio a la hora de conocer la realidad más cruda de nuestro país, esa a la que los medios de comunicación españoles suelen poner sordina o ignorar directamente.
La columna de hoy la titula Sandrine Morel "Les contrôles au faciès dénoncés par Amnesty International" y dice cosas bastante duras, para entender las cuales hay que tener en cuenta por ejemplo que en Francia la ley prohíbe hacer detenciones a domicilio antes de que salga el sol. Morel se hace eco de un informe de Amnistía Internacional según el cual en España las fuerzas de policía realizan “contrôles d’identité discriminatoires” basados en “critères ethniques ou raciaux”; creo que no es necesaria la traducción al castellano, y que se entiende perfectamente cúal es el problema.
Ítem más y abundando en la contumacia en esa clase de actuaciones, señala luego la periodista francesa que "esta no es la primera vez que los métodos empleados por las fuerzas del orden españolas para arrestar a los sin papeles son objeto de crítica por los organismos internacionales y simples ciudadanos", y que en marzo pasado el Comité de la ONU para la eliminación de la discriminación racial pidió al Gobierno español que pusiera fin a los controles de identidad basados en perfiles "étnicos o raciales".
Para el Gobierno español sin embargo se trata de "casos aislados" que no responden a directrices internas. Morel aporta datos que hacen pensar lo contrario, como el significativo aumento en un 60% de la plantilla de policías y guardias civiles, más de 10.000 agentes, dedicados al control de fronteras y a la denominada "lucha contra la inmigración ilegal". La forma en que esta "lucha" se realiza le merece a Amnistía Internacional calificativos como "práctica ilegal", "humillante" y "violación de los derechos humanos", "con métodos "que criminalizan a los extranjeros" e "incitan a la estigmatización y el prejuicio social"; casi nada. Finaliza el informe de Amnistía Internacional denunciando casos idénticos en "France, en Italie, en Grèce, dans certains pays nordiques, en Allemagne et en Autriche”, y pidiendo al nuevo Gobierno español que tomará posesión la semana que viene que "detenga este tipo de prácticas".
Pues a buen árbol se arriman, teniendo en cuenta la experiencia habida con gobiernos del Partido Popular en materia de acoso a inmigrantes. ¿Recuerdan aquél caso que se produjo en las primeras semanas de la presidencia de José María Aznar, cuando decenas de inmigrantes africanos supuestamente repatriados en avión desaparecieron sin dejar rastro? Las palabras del líder del PP fueron entonces: "teníamos un problema y lo hemos solucionado"; imposible no acordarse del almirante Massera y sus muchachos en la Argentina de los años setenta.
En fin que si el presente informe de Amnistía Internacional les ha puesto los pelos de punta, esperen al del año que viene.
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