1. Esta misma semana, horas antes de que la ONU abriera la veda del sátrapa libio, ese ser indescriptible que responde por Muamar el Gadafi remató una de sus peroratas dirigidas al mundo mundial advirtiendo que iba a "entrar en Bengasi con fuerzas externas, como Franco cuando liberó Madrid"(sic) y que "como Franco, no tendría piedad con los vencidos"(sic). Oído con estas orejitas que Dios me dio, en un audio de Radio Nacional de España. A los hombres - o lo que sea Gadafi- se les conoce por sus amigos, y sobre todo por sus referentes. Franco como referente del Faro de la Revolución Africana: ardo de impaciencia por oír a Hugo Chávez mostrando de nuevo su "solidaridad revolucionaria" con Gadafi tras semejante declaración de principios. Franco, Gadafi, Chávez: tres chusqueros, tres gorilas como llaman en Argentina a los golpistas. Definitivamente, algo tienen los uniformes militares que queman el alma de quien los lleva.
2. El Ejército de Gadafi casi no existe. La OTAN no tiene ni para empezar con él. De los cincuenta mil teóricos combatientes libios que forman en sus filas, el Coronelísimo apenas puede contar con una fracción muy pequeña de soldados medianamente preparados y dispuestos a matar y morir por él, aparte unos cuantos miles de guardias personales, otros tantos de guerrilleros procedentes del África subsahariana (a los que arma y mantiene desde hace cuatro décadas), y de algunos centenares de pilotos y tanquistas mercenarios serbios y rusos que probablemente no puedan ni regresar a sus países. Su material bélico procede de la época del Imperio soviético, y hoy ya es por tanto pura chatarra. Lo único moderno que tiene se lo vendieron en los últimos años Francia y Gran Bretaña, es decir los países que ahora le bombardean y que lógicamente le van a dejar sin suministros ni repuestos para el armamento que le colocaron en su día.
3. Los egipcios están armando a los rebeldes libios con algo más que viejos kalashnikov de cuando Bresnev aún besaba en la boca a los compinches y procónsules de los países satélites, como la Libia de Gadafi sin ir más lejos. Egipto está jugando bien sus cartas y pronto va a liderar el Magreb les guste o no a los norteamericanos (que va a terminar por gustarles más bien poco). A los egipcios no les interesa una Libia enfeudada a un demente pegada a su espalda occidental, y si hace falta contribuirán a dar el empujoncito final.
4. La llamada comunidad internacional y singularmente la Unión Europea, se ha ahorrado finalmente la vergüenza de que Gadafi ganara la partida a una rebelión popular que al principio no tenía para oponerle más que piedras y cuchillos de cocina. Hubiera sido la puntilla a su credibilidad ante las masas magrebíes y del mundo árabe en general, ahora que todavía nos miran esperanzadas.
5. Gadafi está acabado sin remedio. Hasta un ser tan corto mentalmente como Chávez debería darse cuenta y actuar en consecuencia, cortando amarras con amistades tan peligrosas antes de que sea demasiado tarde y el ridículo le cubra hasta más arriba de la cima de su vanidad, que ya es decir. Falta poco para que los cadáveres de Gadafi y sus hijos cuelguen de algunas selectas farolas de Trípoli o de las ventanas de uno de sus palacios de opereta. Su sueño de morirse de viejo en la cama dejándolo todo atado y bien atado como su admirado Franco no va a poder cumplirse, y su destino será más bien el de Mussolini y su amante. Definitivamente, Franco no entrará en Bengasi.
6. Remedando el viejo llamamiento de Sade durante la Revolución Francesa: "'¡Magrebíes, un esfuerzo más si queréis ser libres!".
En la imagen que ilustra el post, milicianos libios servidores de un antiaéreo buscan en el cielo los cazas del Ejército de Gadafi.
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