En tiempos en los que florecen el racismo, la xenofobia y la exclusión de lo diferente, en los que todo lo foráneo se vuelve sospechoso y deportable para los políticos sin escrúpulos, resulta que Barcelona se ha convertido en el contenedor universal de toda clase de basura generada fuera de nuestras fronteras. Contradicciones de la sociedad capitalista.
Hace años que al albur de la rapacidad de los operadores turísticos -agencias de viaje y hoteleros, principalmente- y de cierta permisividad indolente de las autoridades locales, Barcelona acoje para su mal un turismo masivo y cutre que nada aporta salvo problemas. Rebaños de jóvenes y no tan jóvenes procedentes de los suburbios de Europa viajan incesantemente a esta ciudad, porque sencillamente les resulta más barato pasar un fin de semana emborrachándose y drogándose aquí que en sus propias ciudades de origen.
La inventora de estos "tours" con un pie en el lumpen estricto y el otro en cualquier otra cosa que sea incívica y genere molestias a los sufridos anfitriones, fue la siniestra Margaret Thatcher. La que fuera primera ministra británica descubrió que a su gobierno le salía más a cuenta subvencionar las salvajes vacaciones en España de los jóvenes parados y marginales de su país que asistir a las explosiones de violencia juvenil que se producían en los barrios industriales de Gran Bretaña durante los veranos. El objetivo era pues pasar la mierda al vecino y a fé que la llamada Dama de Hierro lo consiguió plenamente, inaugurando un modo de turismo que en poco tiempo ha devenido un clásico y que ha ampliado notablemente el catálogo de sevicias a las poblaciones invadidas inaugurado en su día por los vándalos durante la caída del Imperio Romano.
Naturalmente como decía antes, la responsabilidad de este fenómeno atañe también en buena parte a los operadores españoles del sector. Por increíble que parezca, contratar paquetes turísticos completos en Gran Bretaña o cualquier otro país europeo del centro y el norte de Europa con destino a España, es mucho más barato que hacerlo directamente aquí. Si el destino es Barcelona, mucho más todavía. En pocos años la ciudad se ha ido especializando en este turismo y convirtiéndose en una especie de parque temático en el que se desarrolla con especial virulencia; por ejemplo, hoy Barcelona es la Meca de las despedidas de solteros de los jóvenes europeos con pocos recursos, que vienen aquí con todos los gastos pagados y contratados a un precio irrisorio, con alcohol barato y sexo mercenario asegurados por los promotores empresariales de estas verdaderas expediciones de castigo.
La última aportación al turismo-basura con destino barcelonés es desde hace algunos años, la aparición del "turismo antisistema". Aprovechando la tolerancia tradicional en la ciudad hacia el fenómeno "okupa", malentendido por las izquierdas locales como un fenómeno de rebeldía juvenil alternativa y no como lo que es, una gansada de jóvenes burgueses que pretenden vivir por la cara una adolescencia perpetua. Ya ocurrió algo similar en los años setenta y ochenta con el fenómeno del "joven marginal" convertido en una especie de héroe social, cuando en su granmayoría eran hijos de clases pudientes que jugaban a vivir fuera del "sistema"; naturalmente ahí estaba siempre papá para, al igual que ocurre hoy día con muchos de estos nuevos "antisistema", pagar una fianza o acojer al hijo pródigo en su retorno al convencional hogar burgués. Algunos de estos espabilados son hoy ejecutivos de muy capitalistas empresas y votan al Partido Popular, a otros se los llevó la heroína o el SIDA.
El pasado 29 de septiembre unas docenas de estos Robin Hoods de pacotilla salieron -o les sacaron, para el caso es lo mismo- de uno de sus bosques de Sherwood en Barcelona y pretendieron reventar la manifestación de 400.000 barceloneses en lucha por sus derechos como trabajadores y ciudadanos. Se enfrentaron a policías y manifestantes, destrozaron el mobiliario urbano que pagamos con nuestros impuestos quienes residimos en Barcelona -salvo estos salvajes, obviamente- , y dieron al mundo la imagen de una ciudad caótica y peligrosa. Nada más lejos de la realidad que esa interesada visión propagada por los medios de comunicación convencionales que al cabo, en su gran mayoría responden a los mismos intereses de quienes ceban y manejan esta basura humana.
Es hora pues de que las instituciones barcelonesas agarren con fuerza la escoba y barran fuera esta porquería, porque no hay nada alternativo ni revolucionario en la mugre y la violencia como propuestas de vida y acción.
En la fotografía que ilustra el post, un contenedor de recogida de basuras arde en la plaza Urquinaona de Barcelona tras ser incendiado el 29 de septiembre por provocadores "antisistema".
11 comentarios:
Me encanta lo de "adolescencia perpetua".
A ese fenómeno de "turismo antisistema", yo le llamé "turismo de altercado" (http://jmbigas.blogspot.com/2010/06/turismo-de-altercado.html).
Estoy de acuerdo en que Barcelona debe hacer, enérgicamente, algo concreto en contra de este fenómeno.
Saludos.
José María
Por una vez he de discrepar. El movimiento okupa o como se le quiera llamar está a mi juicio muy lejos de quedar definido por lo que he leido en esta entrada. Se podrá estar en contra de sus postulados, pero desde luego estos no son ni la mugre ni la violencia. Tampoco la gran mayoría de "militantes" pueden ser tachados de burgueses.
Salga en los medios lo que salga.
Lafuentedesed, no sé lo que saldrá en los medios en relación con los "okupas" barceloneses (que no son ningún "movimiento", apenas algunos grupos minúsculos con muy poca relación entre sí). Yo hablo sólo de lo que conozco.
En Barcelona fue muy sonado el desalojo del Cine Princesa, hace algunos años. Cuando la policía llevó a comisaría a algunas decenas de "indios urbanos" que se les habían enfrentado atrincherados en el ruinoso edificio de Via Laietana, a pocos pasos de la central de policía, al proceder a su identificación se produjo una verdadera cascada de sorpresas: entre los combativos "okupas" de cresta de colores o rapados al cero había una selecta colección de apellidos de lo mejorcito de la burguesía barcelonesa. Sin ir más lejos, entre los "héroes del Princesa" figuraba el hijo de un concejal del Ayuntamiento de Barcelona de la época, socialista por más señas,perteneciente a una antigua familia de munícipes y hoy alejado de la primera línea política. En fin, que los papás de estas criaturas corrieron a sacarlas de los calabozos de Via Laietana pagando la fianza correspondiente o jurando donde procedía que su niño/a no tuvo nada que ver con los incidentes y que simplemente "pasaba por la acera".
Un saludo.
Andaba yo pensando hoy ( a veces lo hago ) que raro que hoy día con el rollo de de cámaras y grabadoras ocultas, ninguna cadena ( mis "amigos" de Intereconomía, por ejemplo )se haya infiltrado en esos grupos para hacer un seguimiento de quienes son, de donde vienen y a donde van. O es que lo han hecho y no lo enseñan.
En los piquetes si que lo han hecho.
Excelente artículo más en el he encontrado allgo sorprendente, más precisamente, en esta frase:
"El objetivo era pues pasar la mierda al vecino y a fé que la llamada Dama de Hierro lo consiguió plenamente"
Si no me equivoco, estimado amigo, la palabra fe no lleva tilde, y eso es lo sorprendente, te pillé en un error (jejeje).
No es necesario que apruebes este comentario, no lo he dejado para trolear, solo que en los años que llevo leyéndote jamás había notado en tus textos una falta de ortografía que no pudiese atribuirse a un error de dedo.
Un abrazo y repito, no apruebes este comentario, no me gustaría quedar como un trol pejiguero de esos que tanto abundan y, además, yo tengo muchos más errores de ortografía que vos.
Sergio, publico tu comentario no para dejarte como un troll sino porque creo que la observación que me haces merece una explicación.
La razón de mi problema con eso de si se acentúa o no "fe" (yo siempre le he puesto tilde) es que cuando uno aprendió estas cosas de la gramática y la ortografía sí llevaba tilde. Fue años después que se modificó la norma, suprimiendo la tilde en esta palabra.
Ocurre como con "oscuro", que de niño aprendí a escribir "obscuro", como era normativo entonces.
Esa tendencia a la simplificación y a la evitación de dos consonantes juntas debe, mucho más que al castellano, al habla madrileñista que se fue imponiendo en el idioma común a finales de los sesenta y triunfó en los setenta. Eso sí, gracias a Dios la Academia nunca tragó las terminaciones en "ao" que asolaron el lenguaje de políticos y periodistas españoles durante esas décadas y hasta los años noventa, con sus "me ha llamao", "le ha dejao", etc.
Pues parece que se ha puesto de moda, desgraciadamente, la forma mas basta tanto de hablar como de escribir. Con innumerables faltas de ortografia hechas a propósito como gracieta.
Afortunadamente en tu blog y algunos otros que frecuento, no es así. En ellos se sigue teniendo en cuenta tanto la forma correcta como la mas graciosa y culta posible. Y haceis bien, ya que las palabras, por ser algo propio de los humanos, al menos para mi tienen mucha importancia. Las palabras pueden procurar imágines bellas o imágenes de pesadilla.
No se si te has dado cuenta la facilidad con que los hombres (sobre todo llamados de izquierda) al decir "servidor" suelen transformarlo en "servidora" por mucha barba y pelo en pecho que tengan. No logro comprender el motivo. Me parece tan ridículo.....
Marian
PD. Aunque parece ser que nadie nos escapamos de hacer el ridículo un dia u otro.
Marian
Y eso que no debes frecuentar determinados programas de televisión:
" asín " " la digo " que....
Pues yo también escribía fé en lugar de fe, hasta que me fijé en el diccionario.
Un abrazo.
De acuerdo, también hablaré solo de lo que conozco.
Yo he vivido un poco de cerca dos desalojos (Kasal Popular en Valencia hace ya un tiempo y Casas Viejas en Sevilla más recientemente) y desde luego ambos proyectos distaban a mi juicio de poder desacreditarse como burgueses.
Admitiendo que creo en la lucha de clases, creo además que ambos desalojos han estado en linea con la conversión de los barrios donde estaban dichos centros en más amigables para gente con cierto poder adquisitivo, como los "progres hijos de" que nombras. No creo que sean para bien esas políticas de "limpieza".
Un saludo.
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