El Senado es una Cámara inútil, redundante y elitista en cuya elección se discrimina a las circunscripciones más pobladas, método antidemocrático mediante el cual se garantiza que su composición resulte inevitablemente de mayoría conservadora.
Eliminar el Senado sería un servicio a la democracia, y supondría la devolución de la plena soberanía a la Cámara que verdaderamente encarna la representación popular, que es el Congreso de los Diputados. Y en tiempos de crisis económica, sería además un ahorro considerable.
El primer paso para dejar patente el rechazo popular al Senado, es no votarlo. No señales ningún nombre en la papeleta e introduce el sobre vacío en la urna correspondiente.
¡Por la democracia, no votes al Senado!
2 comentarios:
Estoy de acuerdo. Pero, ¿qué sería más efectivo? ¿Voto en blanco (sobre vacío, o con una papeleta sin marcar ningún candidato) o voto nulo (papeleta donde se ha escrito en negro sobre blanco "QUE DESAPAREZCA")?
Cualquier opción me parece buena, José María, con tal que patentice el rechazo popular a esta institución obsoleta.
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