Según El País, el analista y filósofo Josep Ramoneda apunta: "El PSC no ha creado un clima favorable de complicidad con los intelectuales. Le han quitado el alma al partido. Y cuando se la quitas, se desinfla. Parece que se dedica a la gestión de las cosas y la política es más que eso". Efectivamente, el partido carece de alma, es decir, de identidad política. Hoy el PSC no es más que una máquina de fabricar y cooptar cuadros y dirigentes jóvenes y serviles hacia las instituciones públicas, todos a la caza de una posición social y un sueldo substancioso. Sostiene Ramoneda que el momento en el que "el PSC se quedó sin proyecto ideológico" fue la marcha /defenestración de Pasqual Maragall"; a mi juicio la cosa venía de mucho antes, pero no vamos a discutir ahora por eso. Prosigue Ramoneda: "Con el PSC nunca se sabe muy bien qué. Hace demasiado tiempo que actúa pero no piensa. Es una versión muy radical del pragmatismo". Una forma elegante de decir que se trata de un partido carente de valores y referencias que no sean las de la pura gestión desnudada de toda connotación que no sea un vago "buenismo progresista", tan caro a las nuevas generaciones de dirigentes ¿socialistas?. Este es el verdadero nervio del asunto.
El artículo cita otros intelectuales, como Ferran Mascarell, Rubert de Ventós e incluso el mismo Antoni Castells, actual conseller de Economía de la Generalitat (al que un servidor no acaba de ver precisamente como un "intelectual" de izquierdas en el sentido clásico y ni siquiera como un intelectual a secas, sino más bien como un tecnócrata de un extremismo pragmatista que asusta por sus connotaciones simplonamente neoliberales), cada cual con sus preocupaciones y/o obsesiones en relación con el PSC (la falta de discurso propio del partido sobre el país, su incapacidad para hacer avanzar el federalismo, su asombro paralizado ante el crecimiento del independentismo...). Son batallas más o menos particulares ante lo que es una realidad global, abrumadora y patética: el PSC carece de ideología. Es más, tener ideología (de izquierdas, se supone) está mal visto en el PSC de hoy, y conduce directamente al ostracismo político. En este contexto no es extraño que la dirección del partido reconozca carecer (por haberlos perdido) de lo que con cierta chulería despreciativa su portavoz en el artículo llama "intelectuales de guardia", y que con la misma suficiencia irresponsable se ufane de que hoy los partidos no estén "secuestrados por guardias pretorianas o escuelas de pensamiento". Pues esta es la gente que dirige el partido hoy, así piensan (es un decir).
Al final del artículo, un funcionario del partido que se ocupa de esas cuestiones al parecer tan abstrusas que tienen que ver con la(s) ideologías(s), reconoce que "no hay un grueso de intelectuales que dé apoyo al partido. El PSC no tiene quién le escriba", resume parafraseando el título de la novela de García Márquez. Al menos, parece que dentro de la estructura de poder del PSC hay quien lo tiene claro; otra cosa es que les importe lo más mínimo.
En la imagen, elementos de publicidad política del PSC usados en una campaña electoral en 2008: el argumentario político reducido a globos, caramelos y una sonrisa estereotipada en un rostro retocado digitalmente.
4 comentarios:
La verdad es que la foto no tiene desperdicio.
Siempre me gustan tus analisis.
Saludos.
Su "asombro paralizado" es la foto. No parecen haber sido capaces de articular una relación inteligente y de iguales con el PSOE.
El tripartito también les ha pasado factura...
Joaquim, en el PSC pasa exactamente lo mismo que en el PSOE.
Han mandado a pasear la idiologia, han cogido personajes para gobernar que nada tienen que ver con el socialismo, y los que antes eran socialistas les han dejado a éstos el camino libre para hacer y deshacer.
Por un lado la falta de caracter de Zapatero, que por no ofender a nadie lo hace a todos, claudicando hasta límites repugnantes frente a las grandes fortunas, la Iglesia, y los bancos, ya que se les habia debido de obligar, y hay muchas formas, para que dieran créditos en lugar de darse a sí mismos sueldazos de infarto.
No se ha tomado ninguna decisión socialista de verdad en esta crisis, y todo sigue igual que antes de la crisis, habiendo perdido una ocasión única.
Las tan cacareadas medidas socialistas, como la ley de dependencia, apenas se ha puesto en práctica. En resumidas cuentas, solo podemos decir que se ha conseguido la igualdad de los homosexuales frente al matrimonio.
Y el dinero que se da a los parados,no puede estar peor gestionado.
Amen de ese extraño deseo de atraer a la juventud, mas por interés que por ideologia socialista.
Asi pues, no es de extrañar, el alejamiento de las personas que piensan, de todos estos gestores, y malos tambien como gestores, que en lo único que piensan es en mantenese en el poder y que han perdido todo el valor heredado de socialistas de verdad.
Y por mucho que nos guste Felipe Gonzáles, creo que él fué el que comenzó este proceso cuando dijo: "Poco me importa que sea gato negro o blanco, lo que quiero es que cace ratones" frase no inventada por él, pero que si llevó a la práctica.
Un abrazo
Marian
Joaquim:
Compañero, me parece bastante acertado tu análisis.
De hecho, hace que me pregunte sobre si es sólo un problema del PSC o es que estamos ante un valle en el PSOE en genera.
Además, me parece también que has dado en el clavo con lo de "¿socialista?".
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