domingo, 19 de julio de 2009

viernes, 17 de julio de 2009

La nueva financiación catalana y la hipocresía españolista


Suele ocurrir en España que las iniciativas que parten de Catalunya son acogidas con gran escándalo por la derecha y buena parte de la izquierda "de ámbito estatal". Cualquier propuesta catalana destinada a mejorar el nivel de autogobierno es acogida de inmediato como un egoísta e insolidario intento de “los catalanes” de apropiarse en beneficio propio de lo que es "de todos los españoles".


Así sucedió por ejemplo con el nuevo Estatut, saludado por el españolismo de todos los colores como una tuneladora a reacción que pretende adentrarse en las entrañas de los Presupuestos Generales del Estado para barrenarlas, además de ser instrumento de la ruptura y desaparición de España como concepto político-jurídico. La guerra en su contra fue tan feroz, que se cobró la cabeza del entonces president de la Generalitat catalana y dañó gravemente las relaciones entre PSC y PSOE. Ocurre sin embargo que una vez conocido el contenido de la propuesta estatutaria catalana, sus más feroces críticos -que no sólo estaban en el PP, recuerden al entonces presidente andaluz, Manuel Chaves (PSOE)-, corrieron a elaborar nuevos estatutos para sus comunidades cuyos contenidos fusilaban párrafos enteros del catalán. Francisco Camps, el presidente valenciano (PP) llegó a decir que exigía para Valencia exactamente las mismas competencias que obtuviera Catalunya en su reforma estatutaria. Y así, todos los demás.


Con la financiación autonómica pasa exactamente lo mismo. Políticos y publicistas catalanes se han (nos hemos) empeñado en explicar desde hace años que a Catalunya el traje autonómico le revienta por las costuras hace mucho tiempo, y que es imposible que funcionen servicios sino hay recursos asignados suficientes. Las infraestructuras, los equipamientos y las prestaciones sociales que percibe el ciudadano residente en Catalunya pierden calidad de modo acelerado, proporcional a la creciente falta de fondos para hacer frente a los gastos que comportan. Y sin embargo somos una comunidad que contribuimos con un esfuerzo fiscal muy notable al sostenimiento del Estado y de otras comunidades autónomas que no tienen nuestra capacidad de generar recursos vía impuestos directos o indirectos. Sucede que los catalanes pagamos mucho más de lo que recibimos, y eso no es justo; y desde luego, no hace falta ser nacionalista para darse cuenta de que además de ser injusto resulta discriminatorio y a la larga, catastrófico.


Da risa oír a políticos españoles del PP, PSOE o IU invocar la famosa “igualdad” entre todos los ciudadanos españoles, como argumento presuntamente irrefutable contra la pretensión catalana de que se reestablezca un equilibrio real entre lo que aporta Catalunya al conjunto del Estado y lo que recibe de éste. Más que nada porque esa “igualdad” que invocan es esencialmente generadora de desigualdades, en la medida de que pretende poner en el mismo nivel lo que son magnitudes que no admiten comparación. Pretender por ejemplo, que para ser “iguales” como españoles un jubilado de Villanueva de la Serena y otro de Hospitalet de Llobregat deben recibir exactamente la misma pensión, es contribuir a mantener una situación discriminatoria de hecho que penaliza gravemente al residente en la comunidad catalana, ya que el coste de la vida es tan diferente en una y otra población, en uno y otro territorio, que anula cualquier posible comparación. De eso saben mucho las personas que luego de tener organizada su vida en otra comunidad española son trasladados a Catalunya, donde de repente tienen que hacer frente a gastos en materia de vivienda, alimentación, transporte, educación y ocio que superan con creces los niveles a los que estaban acostumbrados.


Con los servicios públicos ocurre exactamente lo mismo. No es sólo que sus costes en Catalunya sean superiores a los que tienen en otras comunidades, que lo son y mucho, sino que al aumentar de modo exponencial sus usuarios en los últimos años y no ser financiados de modo adecuado, se están degradando de un modo alarmantemente acelerado y en algunos casos, difícilmente recuperable. Sin ir más lejos, la sanidad pública catalana que fue pionera y vanguardia de la española durante décadas, se encuentra ahora prácticamente al borde del colapso porque carece de recursos no ya para mejorar, sino simplemente para mantener los niveles de servicio que viene prestando. Para conocer cómo desde hace años el edificio de los servicios públicos, esos que conforman el núcleo duro del Estado del bienestar, se está cayendo a pedazos en Catalunya, basta dar un vistazo a los libros y artículos del profesor Vicenç Navarro; de punta de lanza, estamos pasando a ser furgón de cola de España en todos esos rubros.


La irritación de los catalanes proviene del hecho de que los recursos existen y están muy cerca de nosotros: son los impuestos que pagamos entre todos los residentes en esta comunidad. Salvo la minoría independentista, nadie en Catalunya plantea que los impuestos pagados por los catalanes deban revertir de modo exclusivo en el país; muy al contrario, lo que se dice es que debe existir una proporcionalidad entre lo que se aporta y lo que se recibe. Y desgraciadamente esto no es así.


La nueva financiación catalana pactada ahora no es en realidad ni siquiera un paso hacia el concierto autonómico al modo vasco, sino tan sólo el parcheo -destinado a durar más o menos una década- de un problema que siendo esencialmente económico, fuera de Catalunya se reviste de ideología para negarlo y combatir cualquier posible solución que modifique la situación actual. Porque el Estado y algunas comunidades autónomas entienden que cualquier mejora en el retorno a los catalanes de una parte de los impuestos que pagan éstos, va a ir directamente en detrimento de sus propios intereses. Es entonces cuando tocan a rebato la campana del somatén catalanófobo para reclamar “igualdad financiera” entre “los hombres y las tierras de España”, eufemismo que traducido al castellano significa lisa y llanamente que no están dispuestos a perder fuentes de financiación de sus privilegios.


martes, 14 de julio de 2009

Destruir la sanidad pública madrileña tiene un coste en vidas humanas



Este es el país donde la culpa de todo lo que no funciona es siempre del becario (o del trabajador más humilde). Llama la atención la manera desvergonzada y a paso ligero conque las instancias burocráticas (el director del hospital) y las políticas (el inefable consejero Güemes), se han apresurado a crucificar a una enfermera que cometió un “error terrorífico”, por cuya causa murió el bebé prematuro de la primera persona fallecida en España de gripe A, una joven inmigrante marroquí. Evidentemente estos sinvergüenzas, en colaboración con sus medios afines, están arrojando un desgraciado a los leones para que lo despedacen, y así ellos poder rehuir el tener que hacer frente a sus responsabilidades.

En realidad el error terrorífico cometido en este caso, es previo: la voladura sistemática de la sanidad pública en Madrid (véase a modo de ejemplo el caso Montes), acometida por el Gobierno autonómico que encabeza la señora Aguirre, que tiene al personal sanitario de esa Comunidad en estado de pánico e irritación permanente. Destrozar el prestigio y el funcionamiento del sistema de salud público madrileño tiene consecuencias como la comentada; y esto es sólo el principio, habrán más casos por desgracia.

Me dice gente que sabe que empiezan a llegar de Madrid “refugiados sanitarios”, es decir pacientes del sistema público sanitario de ésa ciudad que con la complicidad de sus médicos logran que les trasladen a Barcelona para ser tratados aquí, incluidos enfermos terminales que quieren evitarse calvarios como los que han tenido que vivir algunos tras el caso Montes.

Por cierto, ¿imaginan ustedes el cristo que el PP y la perrera mediática habrían organizado ya si Dalilah y su bebé hubieran muerto en el hospital barcelonés de Vall d’Hebrón, un poner?. Dios, se me ponen los vellos de punta sólo de imaginar los titulares, en los que seguro saldría a relucir el gobierno tripartito catalán.

Pero claro, ya sabemos que a la derecha y a sus portacoces “provida” lo único que les preocupa es la salud de los “nasciturus”. A los ya nacidos que les vayan dando, y que empiecen a pagarse la medicina privada en cuanto su madre les ponga en el mundo. Son así de hijos de perra, los "liberalizadores".

viernes, 10 de julio de 2009

Negras juegan y proponen: el PNV mueve pieza con maestría

Apenas comienzan a sonar los primeros chirridos en esa inverosímil coalición de facto y contranatura que sostiene al lehendakari Patxi López, el PNV se ha adelantado sacando la caballería en vez de mover un cauteloso peón. El ofrecimiento de un pacto de legislatura a los socialistas vascos hecho por los nacionalistas, ha tenido sin duda la virtud de de conseguir atraer la atención de todo el mundo político vasco y español justo en el momento preciso.

Y es que el escenario y el instante están muy bien elegidos. El PP español es en estos momentos un púgil con la cara intacta pero con el hígado muy castigado por los golpes. El aireamiento imparable de la corrupción económica y sobre todo moral, en la que viven las administraciones gobernadas por el partido de la derecha extrema/extrema derecha española lo está minando de modo progresivo, lento pero inexorable. Ganar por mucho menos margen del esperado las elecciones europeas, recuperar Galicia por los pelos y contribuir desde fuera a desalojar al PNV del Gobierno vasco, es un pobre balance político con el que intentar contrarrestar el daño enorme que está sufriendo el PP al ir aflorando uno tras otro una cascada de escándalos político-económicos interrelacionados, que están anegando en porquería cuanto tiene que ver con el partido neo/post-franquista. Progresivamente pues la derecha española va ensimismándose en sus problemas, y dejando de prestar atención a lo que sucede fuera de su piel.

El PNV por su parte, ha sabido hacer rápido el duelo por la etapa Ibarretxe. En realidad se diría que la salida de la política del ex lehendakari nacionalista ha sido acogida incluso con alborozo dentro de su propio partido, y no sólo por sus rivales internos. Quien lo dude sólo tiene que ver lo razonable que se ha puesto Joseba Egíbar desde que Ibarretxe ya no está ni se le espera, y lo callado que anda el antaño tonante Xabier Arzalluz. Pero yendo a lo que importa, que en resumidas cuentas es desentrañar las razones del movimiento hecho, según Josep Ramoneda la oferta nacionalista es una jugada de gran estilo y llena de veneno; ambas cosas seguramente son ciertas. Y eso sí, seguramente hay en ella más sinceridad e incluso la necesidad de ser creíble y creído, de lo que pueda parecer a primera vista.

Intentaré explicarlo. No cabe duda de que como dice Ramoneda, el PNV ha analizado la situación y al ver que Patxi López tiene posibilidades de consolidarse, ha decidido que bajo ningún concepto puede quedarse fuera de la partida. Es cierto que en los próximos años no hay peligro de que el PSE logre por sí solo una mayoría parlamentaria que le permita gobernar cómodo en solitario, y que es simplemente imposible que el PP forme parte algún día de un Gobierno vasco y ni siquiera de una mayoría parlamentaria oficializada. Pero no es menos cierto que el nacionalismo burgués vasco (que una vez extinguida de hecho EA vuelve a encarnar el PNV en exclusiva), no puede permitirse el lujo de quedar fuera de juego viendo como "los otros" re-construyen un Euskadi diferente a su propio modelo. El PNV necesita participar en esa re-construcción, pactar sus términos y sus límites, porque se juega mucho y también porque representa mucho. Alguna vez he escrito que la política y el futuro vascos sólo tiene dos actores imprescindibles, el PNV y los socialistas vascos; todos los demás, absolutamente todos los demás, incluida desde luego la llamada "izquierda" abertzale, tanto la directamente proetarra como la no violenta ahora agrupada en torno a Aralar, son perfectamente contigentes.

En resumen, el PNV, que juega con las negras esta legislatura y probablemente la siguiente, ha movido pieza usando una apertura inteligente y agresiva (en el sentido ajedrecístico de la expresión). El reto está lanzado, pero en realidad López sabe que esto es sólo el principio, una invitación a comenzar a explorar el tablero. Las cosas han de madurar mucho todavía, y ha de pasar tiempo para que se vaya consolidando el nuevo juego que ahora está comenzando.

Eso sí, si hay alguien satisfecho en estos momentos, esos deben ser los líderes de los socialistas guipuzcoanos. El diseño político de largo alcance creado por los Eguiguren y compañía se está cumpliendo paso a paso de modo inexorable.

miércoles, 8 de julio de 2009

Patricia Highsmith y Tom Ripley, una pareja de cuidado


La obra de la escritora norteamericana Patricia Highsmith suele catalogarse como "novela negra" cuando en realidad es pura literatura, sin más condicionamientos que la inteligencia del lector (la de la inmensa mayoría de críticos es inexistente, como es sabido; de ahí su recurso a etiquetas tan sobadas como "novela policíaca" o peor aún, "novela negra").

En los textos de Highsmith hay, sí, crímenes (algunos), policías (pocos) y delincuentes (de un modo u otro, la mayoría de sus personajes lo son en potencia o en acción), pero también contienen elementos sobrados de novela psicológica, literatura de viajes, novela naturalista y costumbrista, humor negro contenido e ironía por toneladas (la vida, esa gran cabrona que se ríe de los personajes de Highsmith, como lo hace de todos nosotros en realidad), y por encima de todo, un gusto indecente por los dilemas morales radicales, esos que desnudan el alma de los personajes hasta dejarla en el hueso. En resumidas cuentas, esas novelas explican la realidad con los ojos de una tejana feminista, anarquista, lesbiana, amoral y alcohólica, que huyó por pies de su EEUU natal y se refugió en la amodorrada Suiza, corazón de una Europa donde esta dama halló, mucho más que un asilo, un verdadero escenario para las andanzas de su Tom Ripley.

Anagrama Editorial ha tenido la excelente idea de reunir en un solo volumen las cinco novelas del ciclo de Ripley, mil doscientas y pico páginas para leer casi de un tirón; el libro del verano, sin duda. Si ustedes han leído por separado alguna de esas novelas, seguro que correrán ahora a comprar el volumen entero. Ahí dentro está todo Tom Ripley en orden cronólogico, desde su nacimiento en "El talento del señor Ripley" (que en el volumen colectivo vuelve a intitularse "A pleno sol", como la película basada en esa novela y protagonizada por Alain Delon a principios de los años sesenta), hasta sus andanzas finales en "El amigo americano" y "Ripley en peligro".

¿Qué quién es Tom Ripley, preguntará alguno de mis amables lectores más jóvenes? Pues Ripley es el granuja más auténtico, más turbadoramente simpático, más próximo a nosotros, ciudadanos de a pie, que jamás ha sido inventado. En realidad dudo que Patricia Highsmith inventara a Tom Ripley. Yo creo más bien que un día, allá en Suiza, un yanki con sombrero tejano se presentó en el salón de la Highsmith, y entre bourbon y bourbon le narró calmosamente su vida. La escritora se limitó a darle forma literaria, de modo maravilloso eso sí. Así fue a mi juicio como la escritora tejana nos presentó a este individuo singular, a este antihéroe total, a este trepa social al que nos encontramos todos los días en el ascensor y cuando nos miramos al espejo, porque en última instancia Tom Ripley somos todos y cada uno de nosotros, aquellos que como hacía decir Mika Waltari a Sinuhé el Egipcio "hemos nacido con estiércol entre los dedos de los pies" y no hemos parado hasta tomarnos una cerveza italiana muy fría en la terraza del bar Tiberio, en la isla de Capri.

Tom es evidentemente norteamericano, y específicamente un yanki de los que vinieron a Europa en los años cincuenta a vivir una vida diferente y excitante y se quedaron aquí para siempre, en una especie de culminación perversa del "sueño americano" irónicamente cumplido en tierras del Viejo Continente. Pero todo aquél que haya vivido la experiencia del desclasamiento social hacia arriba, seguro que se ha sentido más de una vez Tom Ripley. Y si luego guarda algún muerto en su armario, o ha suplantado en alguna ocasión la personalidad de un tipo tan rico como estúpido, ya es cosa de cada cual.

Tom Ripley (1 volumen con 5 novelas), de Patricia Highsmith. Editorial Anagrama. Barcelona, 2009.

martes, 7 de julio de 2009

Ryanair, el rey de los vuelos-basura


En el diario francés Le Figaro comentan hoy que la aerolínea de vuelos-basura Ryanair ha tenido la genial idea de plantearse ofrecer pasajes de pie en sus aviones a precios más baratos que los que dan derecho a asiento. El lema de Ryanair sobre el que pivota esta iniciativa es "Si se viaja de pie en autobús ¿por qué no en Airbus?"; un prodigio de creatividad, como pueden ver.

Hace tiempo que Ryanair es conocida por iniciativas promocionales tan estúpidas y al parecer, tan efectivas publicitariamente como ésta. Probablemente estemos ante una más calculada como mera campaña publicitaria, pues resulta más que dudoso que los organismos internacionales que regulan y controlan la navegación aérea permitan una cosa así, y ello por estrictas razones de seguridad además de las obvias que tienen que ver con el trato digno que deberían recibir los clientes de una compañía aérea, incluida Ryanair.

En cualquier caso, no les quepa duda de que si hubiera la más mínima posibilidad de que se llevara a cabo esa idea/alucinación de hacer viajar de pie a los pasajeros de un avión, los tiburones que se lucran con las empresas de vuelos-basura se iban a poner las botas estabulando a sus clientes como ganado llevado al matadero. Hoy día cuando tomas un vuelo aunque sea en una compañía de bandera, a lo único que realmente tienes derecho es a que te lleven al aeropuerto de destino en un tiempo que más o menos esté relacionado con el horario que contrataste y sin que se estrelle el avión en el que viajas. La maximización de beneficios hace que la inmensa mayoría de compañías aéreas te nieguen hasta un vaso de agua o que lo cobren aparte, como si no lo hubieras pagado con creces al abonar el billete.

A todo eso lo llaman "libertad de mercado", esa paparrucha ideológica que pretende justificar el saqueo del bolsillo ajeno a cambio de nada, y que constituye el fundamento del ultraliberalismo económico. El resultado es lógicamente un servicio cada vez más degradado y antipático y un incremento exponencial de las incidencias en los vuelos, desde el simple fallo mecánico hasta el accidente con hecatombe de pasajeros incluida. Ocurre que las compañías "ahorran" hasta en las sonrisas del personal de a bordo; sino recuerdo mal, Ryanair misma proponía no hace mucho cobrar por el uso de los WC de a bordo.

Todo esto pinta muy mal y huele peor. Habrá que ver donde termina esta loca carrera entre aerolíneas por aumentar beneficios a costa de lo que sea.

lunes, 6 de julio de 2009

El sainete hondureño


En el sainete hondureño ya van dos muertes -dos ciudadanos previamente muertos de hambre, por supuesto- lo que lamentablemente tiñe de tragedia lo que en principio no era más que una bufonada. Y es que ya se sabe, en cuanto los militares se ponen a salvar a la patria en cualquier país, los sepultureros empiezan a tener que hacer horas extras; cosas del oficio más repugnante del mundo (no aclaro a cúal de los dos me refiero: ustedes mismos).

Tomen nota de algunas patochadas -típicamente criollas, por otra parte- que se están produciendo estos días en Honduras y países aledaños:

- La corte de valientes apoyos internacionales a Zelaya (léase Insulza, secretario general de la OEA, y los presidentes de Argentina, Ecuador y alguno más), juramentándose para acompañar en su retorno al destituido y rajándose a última hora apenas se enteraron de que los gorilas hondureños no iban a recibirlos precisamente con guirnaldas de flores. ¡Valiente panda de mandatarios cagones!.

- El ministrito de Exteriores hondureño puesto por los golpistas, que en rueda de prensa llama “negrito” a Barack Obama y exhorta al presidente español de esta guisa: “Zapatero, a tus zapatos”, entre otras perlas por el estilo que muestran a las claras la clase social de la que partió el golpe de Estado (militar, por supuesto).

- La piara de tocinos sobrealimentados que forman la Conferencia Episcopal hondureña, amenazando sibilinamente con un baño de sangre popular si Zelaya regresa. Éstos ni quitan ni ponen presidente, pero ayudan a sus compinches.

- El payaso Chávez, empeñado en demostrar que él no tira de los hilos que sostienen a Zelaya, para lo cual no tiene mejor argumento que facilitar el retorno a su país del presidente hondureño… en un avión de la fuerza aérea venezolana.

- El propio Zelaya, convertido a pesar suyo en “héroe popular bolivariano”, él, un oligarca centroamericano arquetípico. Habrá que verle cuando retorne si comienza a autoexpropiarse sus inmensas propiedades, o al menos a pagar sueldos decentes a los trabajadores agrícolas indígenas que emplea en régimen de semiesclavitud.

- La prensa internacional, que salvo contadas excepciones en vez de denunciar la vergonzosa lucha por el poder entre sectores dominantes de la sociedad hondureña, en la que sin ningún empacho se usa una vez más al pueblo como carne de cañón, está contribuyendo a aumentar la confusión reinante al intentar convertir a Zelaya en un protomártir de la democracia americana.

En resumidas cuentas, un circo en el que sólo los muertos son reales.

viernes, 3 de julio de 2009

Espías de hojalata


La dimisión de Alberto Sáiz como máximo responsable del CNI (servicios de espionaje y contraespionaje español), me recuerda un viejo dicho de los ambientes políticos del norte de África, que en relación con distintos servicios secretos europeos que actúan de antiguo en la zona, reza así: "los ingleses pagan y no pegan, los franceses no pagan y pegan, y los españoles ni pagan ni pegan". También es inevitable recordar a costa de los servicios españoles (cuyo espíritu y estilo es cien por cien militar, militarizado y militarista), aquello que dejó dicho Groucho Marx de que "inteligencia militar son dos términos contradictorios". En resumen, que si hay un organismo esencialmente inútil en el Estado español son esos servicios de presunta inteligencia, cuya labor en relación con la seguridad del país resulta prácticamente inédita y que al parecer coleccionan cagada tras cagada allá donde intervienen.

Es obvio que a Sáiz lo han echado del CNI como consecuencia de una conspiración, urdida en su contra por el amplísimo colectivo de Mortadelos (nombre en broma de los espías españoles, alusivo a un patoso espía de cómic) que profesa ideas y acciones de extrema derecha, en coordinación orquestada con una campaña insidiosa de meses llevada a cabo por la perrera mediática, cuyo objetivo central ha sido distraer la atención pública del caso Correa (cobrada la pieza, los Pedro J. y compañía ya deben estar buscando una nueva víctima a la que acosar). Pero lo cierto es que Sáiz ha cometido errores imperdonables, que por sí mismos le ponían a los pies de los caballos y hacían inevitable su cese a medio plazo.

Por citar sólo dos casos recientes, hay que mencionar el cierre obligado de la "antena" (grupo informativo/operativo) del CNI en el norte de Marruecos, expulsados por el gobierno de ese país por sus actividades al parecer poco amistosas hacia el régimen de Mohamed V, lo que puede tener graves repercusiones en la lucha contra el terrorismo islamista en una zona especialmente neurálgica y próxima a España. Aunque el segundo es más vergonzoso, si cabe: se trata del monumental sainete caribeño organizado en Cuba por una especie de agente doble, triple o quizá cuádruple, un teórico "delegado comercial" del gobierno vasco (al PNV le ha encantado siempre jugar a los espías: recuérdese el asunto del asesinato de Galíndez en 1956, y la participación de los servicios vascos en la fundación de la CIA), que resultó ser un agente a sueldo del CNI español (¡la cara que se les habrá quedado a Arzalluz e Ibarretxe al saberlo!), y que probablemente también trabajaba para el G-2 cubano y la CIA norteamericana. La caída de este individuo, un tal Conrado Hernández, supuso en Cuba nada menos que la destitución del vicepresidente Carlos Lage y del ministro de Exteriores, Pérez Roque, con quienes Hernández mantenía contactos regulares no se sabe bien para qué; una hipótesis es que todo fue una trampa de los servicios secretos cubanos, fieles a Raúl Castro, quien habría urdido un plan para deshacerse de políticos no bien vistos por la ctual dirigencia del régimen castrista. El papel del CNI en esta historia ha sido tan desairadamente ridículo, que sus agentes se han visto obligados a salir de Cuba de una manera nada heroica.

En un intento desesperado por hacerse con el control del servicio, Saiz planeó una purga interna que comportaba la expulsión del CNI de 60 agentes. Pero el gobierno español no le permitió llevarla a cabo, y el jefe de los espías debió darse cuenta de que había llegado el momento de irse un minuto antes de que le echaran.

El remate de la faena ha sido el nombramiento del general Félix Sanz como nuevo jefe del CNI. Con ese nombramiento, Zapatero, su verdadero inductor, mata varios pájaros de un solo tiro: coloca a un militar al frente de una institución que visto el desmadre interno en el que vive, si algo necesita es un poco de disciplina; yugula la posibilidad de que en adelante el PP siga machacando al responsable del CNI, pues nadie entendería que el partido de la derecha española acosara a un militar, como ha hecho con el civil Sáiz; y en fin, envía un recado muy duro a Carmen Chacón, la ambiciosa ministra de Defensa que en su día destituyera al general Sanz como jefe de Estado Mayor (al parecer sin comunicarle sus intenciones al presidente Zapatero hasta que estaba hecho), siendo Félix Sanz uno de los escasos hombres de confianza del presidente español en el Ejército. Al repescar al general para este cargo, Zapatero da un nuevo aviso a Chacón.

De todos modos, y vista la utilidad de estos espías de hojalata, quizá lo mejor que podría hacer el Estado español sería ahorrarse el dinero que nos cuestan a los contribuyentes y disolver el CNI cuanto antes. Tampoco se iba a notar demasiado.

jueves, 2 de julio de 2009

El futuro de Mariano Rajoy, en manos de Luis Bárcenas


Hace dos o tres noches el periodista Miguel Angel Aguilar dijo en “Hora 25″ que si Rajoy no echa a Bárcenas, sólo puede ser por dos motivos:

1)Rajoy lo sabe todo de Bárcenas, y está convencido de que su inmaculada inocencia pronto resplandecerá cegadora.

ó 2) Bárcenas lo sabe todo de Rajoy, es decir, lo tiene cogido por los cataplines.

Aguilar no ahondó en el tema, pero apuntaba obviamente hacia la segunda opción ya que la primera es imposible, como reconocen los propios dirigentes del PP. Hasta el propio Jiménez Losantos (!) lo considera un corrupto al tesorero del PP.

Reflexionemos:

El tesorero de un partido de ámbito “nacional” está en el centro de una trama que se dedica a la corrupción al por mayor en las Administraciones de más relieve y presupuesto gestionadas por su partido. Esa red de políticos corruptos en metástasis no puede existir ni funcionar si la dirección del partido no está al tanto y de algún modo, participa en ello desde mucho tiempo atrás antes de que se haya descubierto el pastel.

Es metafísicamente imposible que Bárcenas, ombligo de la trama y por quien pasaban todos los hilos, esté enlodado hasta el cuello durante años en esa trama ancha y alta dentro del PP, y que sin embargo el máximo responsable del partido no sepa absolutamente nada de todo eso hasta que aparece el caso en los medios no controlados por la perrera mediática, y la justicia se ve obligada a tomar cartas en el asunto. En conclusión, Rajoy tiene que estar necesariamente metido hasta los codos por acción o por omisión, o de lo contrario es un ser vegetativo que vive en estado de coma permanente. Es evidente pues que Bárcenas le tiene, sencillamente, pillado.

Probablemente Bárcenas guarda documentos, grabaciones y otras pruebas que implican a Rajoy y a otros personajes del máximo nivel en el PP, y con los que debe haberles amenazado en caso de que le dejen caer. Como quiera que el procesamiento de Bárcenas ya es imposible de parar, será un espectáculo de primera asistir al afloramiento de ese material comprometedor, que probablemente pondrá en riesgo la continuidad misma del PP como partido o como mínimo forzará la retirada de la política de un buen puñado de dirigentes del PP.

En la ilustración, el genial Forges retrata el victimismo interesado del PP.

miércoles, 1 de julio de 2009

El Tribunal Europeo de Derechos Humanos entierra políticamente a ETA


He de reconocer mi absoluta perplejidad porque (como diría Rajoy)a estas horas, cuando son las seis y veinte de la tarde, ninguno/a de los voceros habituales de los derechos inalienables del pueblo vasco y otras regalías pisoteadas por el malvado Estado español, haya dedicado todavía una sola línea en los espacio habituales en Internet para comentar la sentencia del Tribunal Europeo de Derechos Humanos (Tribunal de Estrasburgo) publicada hoy, en la que se da la razón al “Estado español” al poner fuera de la ley a los sucesivos disfraces electorales de ETA.

Digo que ando sumido en la perplejidad, porque en mi inocencia pensaba que el tratamiento que estos caballeros y damas dispensarían a dicha sentencia sería el mismo al menos que el que se le dio al asunto cuando la querella por la ilegalización de Batasuna fue admitida a trámite por el hasta ahora respetado Tribunal internacional, que me temo va a dejar de ser respetado de inmediato precisamente por quienes tanto se lo han puesto en la boca estos últimos meses, en tanto que instancia político-judicial de “justicia universal” que creían iba a bendecir el retorno de ETA a la política legal vasca con todos los honores habidos y por haber.

Tanto silencio resulta clamoroso cuando estamos ni más ni menos que ante la más importante derrota política de ETA en los 50 años de su existencia, y desde luego ante un golpe politicamente muy duro a la estrategia “equidistante” del nacionalismo burgués vasco (y perdón por la redundancia) ajeno a ETA.

Y es que la sentencia dice cosas como que las formaciones ilegalizadas tenían “un compromiso con el terror”, y que el ponerlas fuera de la ley fue una “necesidad social imperiosa con la finalidad de proteger la democracia".La sentencia, "muy clara y contundente" según el análisis que de ella hace el diario El País, da por probados los lazos entre Batasuna y ETA, y considera que esos lazos pueden ser considerados objetivamente como una amenaza para la democracia”. Sigue el diario madrileño: "El Tribunal da la razón a España y considera que el objetivo de ilegalizar a Batasuna es legítimo porque se trata del mantenimiento de la seguridad pública y la defensa del orden y la protección de los derechos a la libertad de los otros". Lo dicho, claridad y contundencia en la sentencia.